Opinión

Caso Odebrecht a paso de tortuga

Por: Martín Valdivia Rodríguez

En marzo del 2016, el juez Sergio Moro condenó al empresario Marcelo Odebrecht a 19 años y 4 meses de cárcel. Odebrecht, quien fue dueño de la empresa de ingeniería y construcción más grande de América Latina, había sido detenido en junio del 2015. No había pasado ni un año de su arresto y ya estaba sentenciado. En Perú, en cambio, van siete años de investigación y todavía no hay ninguna sentencia, pese a que el escándalo de corrupción por pago de sobornos compromete a todos los expresidentes, desde Alejandro Toledo hasta Martín Vizcarra, pasando por Alan García, Ollanta Humala y Pedro Pablo Kuczynski. Además de una excandidata presidencial.

Desde la Patagonia hasta Estados Unidos, las obras del polémico gigante brasileño Odebrecht en América Latina habían recorrido 12 países (Argentina, Brasil, Colombia, Cuba, Ecuador, Estados Unidos, Guatemala, México, Panamá, Perú, República Dominicana y Venezuela, a los que se suman Angola y Mozambique, estos dos últimos países en África). Ya entre 2015 y 2016, y entre 2017 y 2018, en el Congreso de la República sendas comisiones habían investigado el caso Odebrecht, también conocido como Lava Jato.

La primera de estas comisiones fue presidida por Juan Pari, que llegó a la conclusión de que el Perú se había convertido en un paraíso el lavado de activos, con sucesivas transferencias de dinero, con el evidente propósito de ocultar su origen y, su destino final, presumiblemente estaría asociado al pago de coimas de parte de las grandes empresas brasileñas (como Odebrecht, OAS, Camargo y Correa, Andrade Gutiérrez, Queiroz Galvao), para lograr beneficios en contratos y adendas de obras. Además, que estas empresas apoyaron a las candidaturas presidenciales, para así asegurarse en el cobro de los favores; que los sobornos fueron a nivel de presidentes, y que el esquema corruptor se remontaba incluso a Alberto Fujimori, pasando por Toledo, García y Humala. El informe de la comisión Pari no logró el consenso porque casi todas las bancadas del Congreso tenían a sus líderes comprometidos. El trabajo de la siguiente comisión, presidida por Rosa Bartra, fue duramente cuestionado por su parcialización, pues —según los detractores del fujimorismo — se negaba a implicar a Keiko Fujimori.

Recién en febrero del 2017, un año después, en el Perú ya no se pudo tapar el sol con un dedo, pues el Departamento de Justicia de Estados Unidos reveló que 12 países, entre ellos Perú, recibieron 788 millones de dólares en sobornos por parte de Odebrecht a cambio de contratos del 2001 al 2016. Sin embargo, los procesos judiciales en Perú marchan a paso de tortuga y esperamos que la justicia en el país algún vez cambie por el bien de todos. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.

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