Opinión

Bicameralidad

Por: Francisco Diez-Canseco Távara

El hasta ahora abortado proyecto de ley para retornar a la bicameralidad en el Congreso de la República ha generado críticas aún de aquellos que, como quien escribe estas líneas, somos partidarios de esta indispensable reforma para superar la unicameralidad establecida en la Constitución de 1993 -sin precedentes en nuestra historia republicana- que se sustentó engañosamente en la necesidad de disminuir los gastos del Poder Legislativo y agilizar su desempeño: en la práctica, después de 30 años no ha ocurrido ni lo uno ni lo otro.

El sistema unicameral es, en realidad, una vieja arma de las dictaduras ya que les permite manejar el Congreso con mucho mayor facilidad, controlando la fiscalización y filtrando los proyectos de ley en función a sus propios intereses. Y sabemos perfectamente bien que el de Fujimori fue un gobierno autoritario con vocación dictatorial y con Montesinos de por medio. El proyecto de marras recoge una propuesta antigua que respeta los lineamientos de la Constitución de 1979 salvo básicamente que transforma al Senado en un cámara revisora con 60 integrantes y a la Cámara de Diputados le señala el privilegio exclusivo de legislar con 130 curules.

El Perú necesita mucho más que el mero retorno a una antigua bicameralidad modificada. Por ello, en la propuesta de mi partido Perú Acción hemos consignado varias reformas destinadas a crear una bicameralidad moderna que incremente la representatividad en el Congreso y contribuya a filtrar el ingreso de los muchos sinvergüenzas que hoy ocupan un espacio en el primer Poder del Estadio:

  • 25 senadores, uno por región.
  • 196 diputados, uno por provincia. Cada uno deberá honestamente defender los intereses de su circunscripción.
  • Revocatoria del mandato. El pueblo los elige el pueblo los revoca si no cumplen sus compromisos electorales o resultan corruptos.
  • Eliminación del sueldo y los adicionales que superan los S/. 26,000 mensuales y sustitución por un régimen de dieta por concurrencia a las sesiones del Pleno y de las comisiones de trabajo.
  • Reducción de los asesores dejando una secretaria y un asesor. Se acaban los “mochasueldos” y el pago de favores políticos. Se crea un buen pool de asesores especializados para todos los integrantes de cada Cámara.
  • Eliminación del transfuguismo. Quien renuncia a su bancada se va a su casa y lo reemplaza el accesitario. Terminamos con la proliferación de “banquitas” sin legitimidad popular y de oportunistas que usan el partido que los lleva al Congreso para luego hacer de las suyas.

En la forma planteada, el proyecto no implica un mayor gasto y, en cambio, genera al Congreso una legitimidad hoy perdida.

Por cierto, necesitamos elegir bien votando por peruanos honestos, preparados, trabajadores y con sensibilidad social y que quieran a su Patria.

*Presidente de Perú Acción *Presidente del Consejo por la Paz

* La Dirección periodística no se responsabiliza por los artículos firmados

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