Opinión

Belaunde desde el más allá

Por: Martín Valdivia Rodríguez

Antes de partir, Fernando Belaunde les hizo una invocación a sus discípulos: “Si cumplen sus deberes partidarios y patrióticos, si luchan por la permanente implantación de la democracia, estarán recibiendo, desde el más allá, el eco de mi voz fraternal y aprobatoria”. El arquitecto, un hombre ilustre, intachable y probo, nunca imaginó que la bancada de Acción Popular, el partido que fundó en 1956, iba a terminar así, atiborrada de desprestigio, deshonor, mediocridad y ordinariez. “Niños” de rodillas genuflexas, “mochasueldos” inescrupulosos y abusivos, individuos que no merecen ser llamados “padres de la patria”, han invadido un partido que nació enarbolando las banderas de la decencia, la vocación de servicio y el amor a la patria.

La renuncia de ocho miembros de la bancada acciopopulista, que tenía 15 asientos en el Congreso, es solo el detonante de algo que se venía cocinando desde hace mucho tiempo. Darwin Espinoza no es el único parlamentario de la bancada que es investigado por el caso “Los Niños”, aquellos recurrentes visitantes de Palacio de Gobierno en el régimen de Pedro Castillo, de quien recibían favores y dinero —según colaboradores eficaces— a cambio de apoyarlo con sus votos contra la vacancia presidencial, la interpelación o censura de algún ministro. De los 15 congresistas acciopopulistas, 13 son investigados por ese caso en la Fiscalía. Ni siquiera la mayoría, sino casi todos.

Cómo se habrían sentido Belaunde, Valentín Paniagua, Javier Alva Orlandini, Eduardo Orrego y otros tantos acciopopulistas históricos al presenciar las acciones de las nuevas generaciones de políticos que utilizaron al partido de la lampa para satisfacer apetitos personales, intereses individuales, particulares o familiares.

El partido que ha estado más veces en el gobierno y uno de los pocos que quedan en pie, no merece estar en esta situación. Belaunde fue presidente en dos mandatos no consecutivos (de 1963 a 1968 y de 1980 a 1985), igual que el Apra con Alan García (de 1985 a 1990 y de 2006 a 2011), pero con Paniagua (gobierno transitorio del 22 de noviembre de 2000 al 28 de julio de 2001), la balanza se inclina a favor del partido de la lampa.

Acción Popular, entonces, tiene historia, experiencia y líderes ejemplares que dejaron huella. Los advenedizos, los intrusos convenidos, han intentado torcer el camino, pero ojalá los acciopopulistas de verdad, que seguramente quedan, tomen la batuta, hagan las correcciones necesarias y depuren la parte podrida de la manzana. Belaunde los está mirando desde el cielo. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.

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