Opinión

Atención y obsesión mediática

Por: Martín Valdivia Rodríguez

El foco de la atención está puesto en temas netamente políticos. Las mociones de vacancia presidencial, los pedidos de interpelación de ministros, el proyecto para una Asamblea Constituyente, el caso Sarratea, Bruno Pacheco y Karelim López… y otros tantos, son tratados con la urgencia que impone la desesperada búsqueda de estabilidad. Todos tienen que ver con la gestión política y requieren la participación de varios ministerios.

La atención mediática que capturan estos asuntos evita que la mirada se dirija a otros temas también importantes y que requieren de urgente tratamiento y solución, como la salud, la educación y la seguridad ciudadana. El vencimiento de las vacunas y el retroceso en la campaña de inmunización, las dificultades para retornar de la educación virtual a la presencial y el alarmante incremento de la delincuencia demuestran que, efectivamente, no se les está dedicando el tiempo y la atención suficientes.

Es necesario que se procesen, investiguen, fiscalicen y denuncien los hechos de injerencia política, como la corrupción en todas sus modalidades, tarea que compete al Congreso, la Fiscalía, la Policía y otras instituciones públicas con el apoyo de los medios de comunicación, pero es perjudicial que toda la atención se centre en algunos de estos temas con una obstinación que linda con la obsesión. Ciertos periodistas, programas y hasta medios de comunicación, salvando las distancias, realizan persecuciones casi policiacas, como las que hacen los “urracos” de Magaly a los personajes de la farándula. Nadie dice que no lo hagan, pero deberían también poner interés en otros problemas que requieren de urgente solución.

Estas cuestiones políticas no son puestas en la palestra necesariamente por la oposición, pues el oficialismo también coloca en vitrina asuntos controversiales, a veces en un tira y afloje o en aparentes arreglos con orillas políticas rivales, de tal manera que en algunas ocasiones podemos ver, asombrosamente, a izquierdistas radicales y representantes de la ultraderecha coincidiendo en determinada votación en el Congreso.

Hay otros problemas graves, además de los ya mencionados, como el alza de precios causada por la guerra de Rusia y Ucrania sumada a la especulación local, la paralización del proyecto minero de Las Bambas y las medidas para evitar rebrotes del COVID o que otra pandemia nos agarre desarmados y que la población requiera de una atención de salud que, lamentablemente, nuevamente no se les podrá brindar. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.

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