La noticia más triste del último lunes en Lima ocurrió de noche. A las 9 p. m., un auto particular conducido por un irresponsable policía invadió la vía exclusiva del Metropolitano y atropelló a dos adolescentes de 17 años que salían de sus clases en la academia de la UNI, en el Rímac. El sueño de ambas jóvenes, de llegar algún día a ser ingenieras, se quedó trunco. Horas más tarde del trágico accidente, a las 6 a. m., la Policía Nacional realizó un operativo vehicular en esa zona que colinda con San Martín de Porres e intervino a varios carros que también transitaban por el carril del Metropolitano. Y, vaya sorpresa, la mayoría de los infractores eran policías.
Señora presidenta de la República, señor ministro del Interior, no hay que ir muy lejos para ver cómo miembros de la PNP violan el reglamento de tránsito. En pleno centro de Lima, los pasajes peatonales de los jirones Ica y Ucayali todos los días son invadidos por carros cuyas llantas no solo malogran los adoquines de la calzada, sino que también ponen en peligro la integridad física y la vida de los transeúntes.
La mayoría de estos autos que ingresan a dichos pasajes —de uso exclusivo para personas a pie— son “oficiales” y tienen al volante a policías retirados o en actividad que trabajan de choferes para algún funcionario público. En la zona hay cámaras de videovigilancia, con pedir los videos para conocer lo que está pasando. Ahí salen las placas, el color del carro y todo lo demás. Es fácil saber a quién pertenecen esos vehículos infractores, señor ministro del Interior.
En el operativo que realizó la Policía en la vía del Metropolitano, luego del atropello fatal de las dos jóvenes frente a la UNI, fueron intervenidos varios vehículos transgresores de la ley y la mayoría eran de la propia PNP, del Ejército y de otras entidades del Estado. Hubo un comandante de la Policía que dijo que estaba “apuradito” y se dio a la fuga delante de las cámaras de Latina TV. Ahí también está el video, por si alguna autoridad se digna interponer sus buenos oficios para proteger la vida de los peatones.
Y no nos salgan con que esos “carros oficiales” ingresan a una vía prohibida solo porque tienen que atender una emergencia. El policía que mató a las adolescentes estaba en su día de franco e iba acompañado de una mujer. Lo que pasa es que se creen los dueños del mundo, los intocables. Y eso no solo va para los choferes, sino también para sus jefes, que muchas veces son ministros, generales o funcionarios de cierta relevancia. ¿Alguien es capaz de hacerlos poner las barbas en remojo? ¿O tienen algún miedo? Ello no puede seguir pasando ante la vista de nuestras autoridades. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.
