Opinión

Análisis del mensaje presidencial

Por: Jorge del Castillo Gálvez

Como todo mensaje presidencial, hay puntos buenos, malos y regulares. Trataremos de hacer un análisis ponderado que no caiga en ningún extremo, pero sí que tenga por propósito ayudar al ciudadano a formarse un mejor juicio del discurso de 28 de julio.

Por un lado, el discurso parecía hilvanado de informes de cada ministerio, por eso se percibía incoherencia y repeticiones.

Se abusó del tiempo mencionando una lista de obras que pongo en duda su ejecución y quizás la más rescatable sea la masificación del gas natural en el sur del país. Veremos cuánto se cumple de la oferta de colegios y hospitales, que me parece excesiva dado el bajo nivel de eficiencia en gestión de gobierno exhibida hasta ahora.

No ha dejado de llamar la atención que la presidenta Boluarte se haya referido al gobierno anterior sin reconocer que ella era parte de dicho régimen como vice presidenta y como ministra; pero al ponerse un amplio sombrero en la Parada Militar recordó que una imagen vale más que mil palabras.

Es interesante que la presidente haya expresado la palabra perdón en nombre del Estado y proponga un Pacto de Reconciliación o Pacto por la Justicia y la Paz.

Este exige mostrar sinceridad y una capacidad de cambio que no se vislumbra. Pienso que una renovación del gabinete sería positiva pero convocando en su reemplazo a peruanos de conocimiento, prestigio y honestidad. Solo así podrían prosperar las buenas intenciones.

Es bueno que se haya mostrado especial interés en la Seguridad Ciudadana y se pida delegación de facultades legislativas, lo cual se ha plasmado en el P/L 5632, para lo cual sugerimos al Ejecutivo convocar a juristas con experiencia, como por ejemplo el Colegio de Abogados de Lima, que están dispuestos a brindar dicho apoyo.

La expulsión o reclusión de delincuentes extranjeros debe ser eficiente, sin afectar a aquellos que trabajen honestamente.

Es válido que se haya mencionado el concepto de desarrollo económico y el respeto a la empresa privada, a diferencia del gobierno anterior que tenía una visión estatista y contraria a la inversión como fuente de empleo y crecimiento.

En ese sentido, se percibe que el gobierno quiera emprender un camino de recuperación económica sobre la base del desarrollo de la Infraestructura. Para ello insiste en la fórmula Gobierno a Gobierno que pone en plano secundario a la ingeniería nacional que conoce nuestro territorio mejor que cualquier extranjero.

Finalmente, aborda la reforma política con la creación del Senado, elegible por distrito electoral único con voto preferencial. lo cual está muy bien, recordando que está pendiente una reconsideración pendiente de votación en el Congreso. Diputados cambiaría a sistema de elección uninominal con el cual no estoy de acuerdo por no adaptarse a la realidad peruana con tan amplia brecha social y educativa.

Si Dina Boluarte quiere gobernar tres años debe abandonar la línea de mediocridad en que está. Tener una adecuada Visión del Perú y objetivos de mediano y largo alcance. Convocar a los mejores peruanos. Caso contrario es de pronóstico reservado y puede no llegar al Bicentenario de Ayacucho.

(*) Expresidente del Consejo de Ministros

* La Dirección periodística no se responsabiliza por los artículos firmados

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