La señora Boluarte y todos sus súbditos viven en una burbuja llamada: incapacidad institucional
No hay coherencia en sus discursos. No hay acciones de lo que dijo aquel 28 de julio. Las crisis que atravesamos representan las puras banderas rojas de la inacción. La inseguridad es un problema complejo con múltiples causas, como la desigualdad social, la pobreza, el desempleo, el narcotráfico y la violencia de género. Definitivamente, esto dificulta la implementación de soluciones rápidas y efectivas.
Pero lo peor es que se ha demostrado que no es que nos faltan recursos, sino que nos faltan hacedores. Habilidades, capacidades y gestión pública, que al parecer los chinos sí la tienen.
Ahora serán nuevamente los chinos los salvadores del Perú
La falta de coordinación entre las diferentes agencias gubernamentales encargadas de la seguridad generará duplicidad de esfuerzos. Las olas migratorias con gente que llega a delinquir al país exponen a riesgos a los transportistas, que se quejan de la crisis de la inseguridad como causa de la crisis económica que vivimos.
La falta de capacitación y equipamiento adecuado de las fuerzas policiales ha limitado su capacidad para enfrentar el crimen organizado. Los delincuentes adaptan constantemente sus métodos, lo que exige una respuesta flexible y actualizada por parte de las autoridades.
Factores relacionados a la seguridad publica
La crisis económica ha llevado a que se recorten los presupuestos para los programas sociales destinados a la prevención del delito. El aumento de la informalidad y del narcotráfico, junto a la minería ilegal, ha incrementado no solo el consumo y tráfico de las drogas, sino el incremento de los grupos criminales y el aumento de la violencia.
La sociedad está estresada, ansiosa, desesperada y preocupada. Ya nadie se siente seguro, ni estando en su casa. Esta situación no solo es altamente peligrosa, sino que crea una nueva crisis llamada la crisis de trastorno mental. El ser humano no puede vivir en constante violencia. Necesitamos orden y merecemos por derecho paz.
Se requiere con urgencia un enfoque multidimensional
Las políticas de seguridad deben abordar las causas profundas de la inseguridad, como la desigualdad y la pobreza. Y a esto le sumo la falta de educación que es la pobreza mental que padecemos. Promover la cohesión social como valor desde los programas de prevención del delito, y la atención a la salud mental, que perfectamente podrían implementar los Gobiernos locales, centrales, regionales. Si no hay trabajo en equipo, seguimos ahondando más el problema estructural de fondo de este país. El divorcio entre los actores sociales y la no gestión pública integrada. Ya es momento de superar esto y priorizar con urgencia los temas que son necesarios atender de una vez. La seguridad no es un derecho solamente, es una necesidad humana real. Sin seguridad ni protección de la vida humana, ¿para qué existe el Estado entonces? ¿Creen ustedes que la seguridad y el orden público se restaura callándonos? Todo lo contrario.
(*) Comunicadora digital, filósofa, periodista colegiada, docente, empresaria, estratega, mujer política del siglo XXI.
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