Opinión

Acortar trecho

Por: Antero Flores-Araoz

Del dicho al hecho hay mucho trecho es un antiquísimo refrán con el cual se trata de expresar que no siempre entre lo que se dice y lo que se hace hay correspondencia; y, para que exista coherencia, al dicho –es decir, a la palabra– es necesario agregarle la acción, con lo cual habrá credibilidad. El presidente Pedro Castillo accedió a la primera magistratura de la República representando a una agrupación política que, tanto en su plan de gobierno como en su ideario, tiene expresiones que por decir lo menos son escalofriantes y generan gran desconfianza en los agentes económicos, quienes con sus inversiones son los que crean puestos de trabajo y con ellos bienestar.

Los dos instrumentos a los que nos referimos enfrentan a clases sociales, generan incordia entre unas y otras, pretenden dar a algunos quitándoles a otros, son irrespetuosos con la propiedad privada, con los ahorros, con la libertad de empresa, con la libertad de cambio, con la libre disposición de divisas, contra la sacralidad de los contratos y también de tratados internacionales, y así podíamos seguir.

Si a lo antes dicho se agregan nombramientos, sea para la función ministerial como para altos cargos en el gobierno, de personas que no reúnen el perfil necesario o que han proferido expresiones antisistema y que, por otro lado, sus antecedentes u hojas de vida no son de los más apropiados, tenemos que la sumatoria entre lo que se escribió y las designaciones es francamente explosiva y lo único que consigue ante los agentes económicos es que no tengan confianza en el régimen.

Sabemos que la confianza es muy fácil de perderse y muy difícil de recuperarse, por lo que se debería evitar dichos y acciones que empeoren la desconfianza.

El presidente Castillo se ha presentado en Washington ante empresarios y ante el Consejo Permanente de la OEA y en ambos ha tenido expresiones que son esperanzadoras, puesto que ha manifestado que debe existir el binomio Estado-empresarios para lograr la mejora del país con sus inversiones y acción desarrollista. Agregó que unidos se puede, pero separados ni modo. Ha prometido que respetará la propiedad privada y los ahorros, que no habrá expropiaciones, aunque posiblemente se refiera a incautaciones, que se debe buscar la equidad, que se tiene que resolver los problemas de falta de servicios públicos para las poblaciones más vulnerables, que se respetará el estado de derecho y que se requiere el concurso de todos para lograrlo.

Queremos creerle al presidente Castillo o por lo menos darle el beneficio de la duda. El refrán con el cual iniciamos esta columna señala que “del dicho al hecho hay mucho trecho”, por lo que toca y compete al gobierno reducir o acortar el trecho con medidas concretas que vayan recobrando la confianza, como bien podría ser con nombramientos de gran nivel y solvencia profesional en el BCRP, algunos cambios ministeriales sustituyendo a quienes razonablemente han sido cuestionados y dejando de lado la pretensión de una nueva Constitución.

Presidente: la recuperación de confianza está en su cancha.

(*) Excongresista de la República

(*) Expresidente del Consejo de Ministros

(*) La empresa no se responsabiliza por los artículos firmados.

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