Opinión

¿A dónde lleva la corrupción moral de los peruanos?

Por: César Ortiz Anderson

Este artículo tiene por objetivo interrogarnos con actitud filosófica sobre la corrupción de la moral en el Perú. Desde Aprosec, observamos que la corrupción moral es el punto de partida de la inseguridad -y de la crisis- que vivimos actualmente debido básicamente a la impunidad generalizada en todos los niveles del sistema de justicia.

Lamentablemente, la sociedad peruana ha normalizado la corrupción, de allí se acuña la frase de los sectores más necesitados, “que roben pero que hagan algo a favor del pueblo”, por ello no es casualidad que gracias a los partidos políticos que aceptaron en sus filas a candidatos cuestionados, impresentables e incluso con antecedentes penales y policiales, tengamos este Congreso desprestigiado con 6% de apoyo de la ciudadanía.

Esta normalización de la corrupción en la política ha sido aceptada por la sociedad peruana y se ha adaptado a ella.

El caso Lava Jato y las detenciones de Ollanta Humala, PPK, Pedro Castillo, y Alejandro Toledo evidenció un problema que sobrepasó la “normalización” de la corrupción. La judicialización de la política está demostrando que el “roba pero hace obra”, es decir la normalización de la corrupción en la política, no es tan fácilmente tolerado por otras esferas del poder como sí por los sectores populares peruanos, que se siguen identificando con los mismos líderes políticos de siempre.

La corrupción e impunidad es endémica, viene desde el Virreinato donde se produce un quiebre que es identificado como negativo para el Perú y genera una Ilusión en el pasado del Imperio de los Incas, el cual es visto como una sociedad idílica o “arcadia”, es decir, el Tahuantinsuyo y por extensión el Perú precolombino es idealizado como una sociedad en la que no existió la corrupción, ni la injusticia, ni la pobreza, en oposición a la Historia reciente de la República, produciendo un efecto de desesperanza, depresión, tristeza, rencor, odio, y resentimiento en la población.

Como bien dice el psicoanalista Jorge Bruce, elementos tales como la confianza básica, la aspiración ante el bien común, el respeto de los derechos ajenos, la esperanza de un futuro mejor sobre la base del esfuerzo y la educación, todo aquello que hoy escasea y va camino a desaparecer.

Como señala la Organización Mundial de la Salud, el 70% de la humanidad se vio alterada en su salud mental, sumado a que muchas patologías son producto de un medio ambiente perturbador. Conducir en el tránsito de Lima multiplica la violencia, tenemos temor de ir a un banco o cajero automático, el riesgo de ser la próxima víctima de un accidente de tránsito o del hampa, desanima hoy hasta para salir de casa, donde además podríamos también ser víctimas.

(*) Presidente de Aprosec

* La Dirección periodística no se responsabiliza por los artículos firmados

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