
El Perú ya puede mirar su espejo, ahí está Venezuela, Cuba, Nicaragua etc. Países sometidos a las dictaduras de turno, con miseria, persecución y sin libertades; el Perú con Castillo ha iniciado esa travesía, hacia la miseria, hacia el desempleo, a desaparecer la clase media emergente, a convertirlo al pueblo en dependientes de los bonos del Estado. Crecerá la delincuencia, la inseguridad, la incertidumbre, nacionalizará el cobre, impulsará la especulación, cancelará los proyectos mineros, crecerá la inflación se acentuará la recesión y en unos meses no tendremos reserva y nuestra moneda no valdrá nada sin respaldo.
Es decir, con la conducción de Castillo hemos iniciado el camino hacia la mediocridad, hacia la miseria, a la institucionalidad del crimen organizado, a la conculcación y cancelación de las libertades, nos conduce a la pobreza y nos condena al subdesarrollo, nos lleva hacia la instauración de una dictadura, cuyo modelo es el atraso y la corrupción. Castillo nos conduce a la muerte. Pronto, quienes luchamos por la democracia y las libertades seremos perseguidos, apresados y hasta asesinados, eso pasa en Venezuela, Cuba y Nicaragua y ya está ocurriendo en el Perú.
El pueblo ya se está muriendo de hambre, el saco de azúcar 250 soles, el kilo de pollo 15 soles, el litro de aceite 17 soles, el gas 65 soles y los precios del combustible se disparan cada día. No hay trabajo la desnutrición invade a nuestros niños, crece la anemia, la Salud colapsada y retrasada, la educación en manos de Sendero Luminoso y el Poder Judicial como el Ministerio Público convertidos en sicarios políticos del régimen Castillista-Cerronista y aliados de los caviares. La OEA y la CIDH, socios ideológicos del gobierno, completan o cierran el círculo de la corrupción junto al incompetente y deslegitimizado Congreso de la República.
Frente a esta cruda realidad por la que se somete a la patria el pueblo no debe someterse, es su deber patriótico luchar por un Perú libre, justo y democrático, que es lo que deben heredar nuestros hijos y las próximas generaciones.
Expongo mi libertad y mi vida acompañe me, no soy de derecha menos comunista. Soy patriota, peleó y pelearé por la justicia social, por un país con esperanza sin pobreza ni sometido al yugo de la incapacidad y la corrupción.
Sueño con un Perú con futuro, con una patria gigante sin hambre ni miseria, con un país con trabajo y solidario.
¡Aspiremos a la gloria y a un lugar en la historia donde se escriba que el pueblo se impuso frente al autoritarismo y la dictadura!
(*) Abogado y analista político
(*) La empresa no se responsabiliza por los artículos firmados.