Opinión

Los lazos históricos entre Perú y China (II)

Por: Martín Valdivia Rodríguez

Uno de los estudiosos que con mayor esmero ha investigado la migración china hacia el Perú es el abogado, historiador y escritor Fernando de Trazegnies, quien fue canciller durante el gobierno de Alberto Fujimori. En su libro “En el país de las colinas de arena”, De Trazegnies cuenta que uno de los primeros acuerdos bilaterales entre ambos países es el Tratado de Amistad, Comercio y Navegación entre Perú y el Imperio Chino, que se firmó en 1874 en Tianjin. Han pasado 150 años desde aquel entonces y las relaciones bilaterales se han reafirmado y renovado para beneficio de ambos países sobre la base de la amistad y reciprocidad.

Dicho acuerdo es uno de los principales antecedentes del Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Perú y China, que suscribieron en Beijing, en abril de 2009, la entonces ministra de Comercio Exterior y Turismo de Perú, Mercedes Aráoz, y el viceministro de Comercio chino, Yi Xiaozhun.

Ese tratado fue clave para las relaciones comerciales y económicas futuras entre ambos países, pues permite que la mayoría de los productos peruanos de exportación puedan acceder a beneficios arancelarios en dicho país. Es decir, el TLC ha permitido que los productos peruanos ingresen al mercado chino en condiciones más competitivas, al eliminarse los aranceles.

La República Popular China y la República del Perú establecieron relaciones diplomáticas mediante un comunicado conjunto el 2 de noviembre de 1971 en Ottawa, Canadá. Ese mismo año, China se incorporó a las Naciones Unidas y el voto peruano fue decisivo para que sume mayoría.

Estas buenas relaciones y el potencial de nuestro país para las inversiones permitieron el ingreso de grandes capitales chinos al Perú, especialmente en los rubros minero, financiero y de construcción. En la actualidad, China es el principal socio comercial del Perú.

El presidente de China, Xi Jinping, visitará por primera vez el Perú con motivo de la cumbre del APEC y la inauguración del megapuerto de Chancay, construido por Cosco Shiping, una empresa china naviera y de transporte internacional de contenedores. Además del impulso que le dará ese puerto al Perú, en materia comercial e industria pesquera, así como en la exportación de una amplia gama de productos peruanos, motivará la creación de empleos directos e indirectos, pues se necesitará de mayor producción.

Esta es, por lo tanto, una gran posibilidad de afianzar las relaciones bilaterales entre Perú y China, ratificar la histórica amistad entre ambas naciones y establecer nuevos horizontes comerciales para beneficio mutuo. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.

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