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“100 sospechas no hacen una prueba”

Benji Espinoza, abogado del presidente, afirma que la investigación a su patrocinado “es un juego político” y se debe reconocer los principios de nuestra Carta Magna

Según Benji Espinoza, el presidente Pedro Castillo se encuentra tranquilo en Estados Unidos pese a tantas acusaciones en su contra.

POR: RAFAEL POBLETE

Entrevistado por el canal digital La Noticia Perú, el doctor Benji Espinoza, abogado del presidente Pedro Castillo y la primera dama Lilia Paredes, indicó que —en su opinión— “hay una politización de la justicia, lamentablemente”, pero que confía en que al final van a hacer prevalecer el cuadro de valores, derechos y principios que reconoce nuestra Carta Magna.

¿Doctor, cómo se siente el presidente Castillo en Estados Unidos ante tantas acusaciones en su contra?

Tranquilo, porque sabe que son infundios. Sabe que las investigaciones en su contra no tienen sustento, ni lógica ni base. Por supuesto que, aún con todo encima, tiene la tranquilidad que emana de su inocencia.

El coronel Harvey Colchado dice que el presidente Castillo es el líder de esta organización criminal. ¿Un agente de la PNP puede acusar así?

De ninguna manera porque las libertades tienen límites y una persona que hace una afirmación tiene que probarla. De lo contrario, está afectando el honor, violando la honra, la reputación del presidente…

¿Cabe alguna acción penal contra él?

Estamos evaluando porque creo que es momento de que entiendan las personas que los derechos no son absolutos, que tienen límites. A la libertad de expresión le sigue la proporcionalidad, a la información le sigue la veracidad.

¿Cómo calificaría la actuación del Ministerio Público?

A mi modo de ver, la actuación del Ministerio Público no es objetiva, es sesgada. Hubo un tiempo en que cada día que pasaba le abrían una carpeta al presidente. Y vemos que no actúa con la misma velocidad cuando se trata de otras personas, de personajes políticos. Entonces, ese doble rasero, que es evidente y claro, nos lleva a nosotros a desconfiar, fundadamente, de que no se está actuando con la objetividad que la ley manda. Y acá hay algo que es muy importante. El punto de partida de todo es que, a través de un malabarismo jurídico, un juego de palabras, se dice que la Constitución lo que prohíbe es no acusar, pero sí se puede investigar. Y se olvida que la investigación tiene un norte, tiene un objetivo. Tú no investigas por investigar. La investigación no es un fin, la investigación es un medio. ¿Cuál es el fin? El fin es o acusar o sobreseer. Entonces, por supuesto, si es que la Constitución prohíbe acusar, por extensión, está prohibiendo investigar. ¿Por qué, de dónde nace la acusación? De la investigación. Cómo así, bajo qué lógica absurda e irracional, la Constitución va a decir: “No puedes acusar al presidente, pero sí investigarlo”. ¿Y lo investigas para qué? ¿Por investigarlo? No. Lo investigas para obtener un pronunciamiento. Pero si la propia Constitución dice que no puedes acusarlo, ¿entonces para qué lo investigas? Para un juego político, para un desgaste de la figura presidencial, para un ataque hacia el presidente de la República.

¿Entonces, el presidente es una persona inocente?

Por su puesto, hay personas que reciben una andanada de denuncias, investigaciones; eso no las hace culpables. La investigación no es condena. Nadie es inmune a ser denunciado o investigado —en el Perú cualquier persona puede hacerlo—, pero eso no te hace culpable. Ocurre que se ha construido una narrativa de culpabilidad y han proyectado imágenes de culpabilidad que colocan al presidente de la República como si lideraría una supuesta organización criminal. Pero —debo decirte, Rafael— no puede decirse que hay una organización criminal si para tal propósito se coge el organigrama del poder del Estado. No se puede decir “este poder supone la estructura de una organización criminal”. Lo ha dicho la propia Corte Nacional de Justicia en el Acuerdo Plenario 1-2017, que lamentablemente la Fiscalía está ignorando.

¿Según su parecer, nos estamos basando en sospechas?

Sí, pero, como bien decía, hace algún tiempo, Dostoievski, cien sospechas no hacen una prueba. Solo son eso, sospechas. entonces, servirá para soportar, por el momento, investigaciones, pero yo tengo la plena seguridad, convicción y confianza, de que en su momento esto fenecerá y acabará. Y hemos logrado con la tutela de derechos algo muy importante.

Doctor, parte de su estrategia también es el silencio de sus clientes, tanto el señor Castillo como su esposa.

La investigación del caso Tarata, que es el primer caso, el presidente asistió y contestó más de cien preguntas durante cuatro horas. La segunda citación que fue el caso ascensos Fuerzas Armadas, el presidente dijo “yo ya declaré el 2021, me remito a lo dicho y cuando reúnan toda la información, toda la carpeta con elementos de convicción, yo voy a dar mi versión, mis descargos”. Lo mismo ha dicho en el caso Anguía, en el caso Biodiesel. Entonces, todo caso donde el presidente ha sido llamado, la primera dama también, se van a dar las explicaciones completas y totales, no por partes, no fragmentadas, no fraccionadas.

“EL SILENCIO NO ES INDICIO DE CULPABILIDAD”

¿Negarse a hablar no sería obstrucción a la justicia?

El silencio no es indicio de culpabilidad. El silencio es silencio, aquí no hay eso de que “el que calla otorga” o que “guarda silencio porque algo esconde”. Colaborar es participar en las diligencias, es asistir cuando eres llamado, es acudir al mandato de la autoridad, es ir a la hora programada. Eso es lo que siempre hacen el presidente y la primera dama.

 

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