Opinión

“Viva el Perú carajo” y la falsificación de la historia

Por: Víctor A. García Belaunde

Me llamó la atención que el 28/4/2023 el ministerio de Antigüedades de Egipto critique a Netflix por elegir a una actriz afrodescendiente para el papel de Cleopatra, en un comunicado que dice: “La aparición de la protagonista con estos rasgos representa una falsificación de la historia egipcia y una flagrante falacia histórica, sobre todo porque la serie está clasificada como documental».

El secretario del Consejo Supremo de Antigüedades, Mustafa Waziri, dijo que “la reina Cleopatra tenía la piel clara y rasgos helenos” y que se investigue en base a los “hechos históricos para garantizar que la historia de las civilizaciones no sea falsificada”. Esto sucede cuando un país guarda su legado y no permite que se tergiverse su pasado por una falsificación televisiva.

En nuestro país no sucede eso, desde la aparición de Luis Humberto Delgado para falsificar documentos han sido pocos los que desenmascararon sus embustes mientras un silencio sepulcral permitía que sus escritos ingresasen como ciertos, allí está mi denuncia en 2016 sobre una carta apócrifa que se le atribuye a Bolognesi diciéndole a su esposa “nunca reclames nada para que no se crea que mi deber tiene precio”, cuando en realidad la esposa solicitó el montepío que le correspondía y la frase se acuñó en una moneda conmemorativa del BCRP y el año pasado se dijo en la ceremonia de la Jura de la Bandera, como si fueran palabras de Bolognesi.

Desde hace unos años a alguien se le ocurrió inventar algo sobre Roque Sáenz Peña y ahora en las redes sociales aparece como el autor de la frase “Viva el Perú Carajo” y en el falso se dice: “Los chilenos asombrados de su coraje y valentía no se atrevieron a dispararle y sólo le decían “ríndase mi Coronel”… Y él gritaba: No me rindo, ¡viva el Perú carajo!!! Finalmente, arrojó el sable con el que había matado a 20 chilenos y caminando, fue hasta el cuerpo inerte de su amigo Francisco Bolognesi y con su pañuelo limpió la masa encefálica y le dio un beso en la frente” y añade “regresó por segunda vez al Perú, ya nonagenario y caminó por el medio de las 52 cuadras de la Av. Huaylas (después llamada Av. Arequipa) y de todas partes del Perú fueron a despedirse del viejo General”

El absurdo se mezcla con el imposible en esta falsa historia. Parte de lo narrado corresponde a lo hecho por Arias Aragüés quien no se rendía ante el ultimátum chileno y murió en la lucha. No tiene sustento alguno que Sáenz Peña después de matar 20 chilenos, se le perdonase la vida. Es falso también que con su pañuelo haya limpiado la frente de Bolognesi y le diera un beso. El mismo Sáenz Peña en sus memorias ha relatado que encontró el cuerpo de Bolognesi profanado y con los bolsillos del pantalón vueltos hacia afuera. ¿cómo le iba a limpiar la frente? cuando nuestro máximo héroe del Ejercito murió con el cráneo destrozado; considerando que Sáenz Peña estaba herido en el brazo y eso le impedía moverse, agacharse, limpiar rostros y dar un beso.

El “nonagenario” Sáenz Peña murió a los 63 años y después de la inauguración del monumento a Bolognesi en 1905 no volvió más a nuestro país, por lo tanto, no caminó las más de 50 cuadras de la avenida Arequipa porque esta no existía y menos dijo aquello que se le quiere atribuir.

Breves cuentos anónimos como este se dan por ciertos, no se investiga y se asume cualquier simpleza como verdad y hasta se llega institucionalizar. Debemos estar orgullosos de nuestro pasado, páginas como las de Arica no necesitan de inventos para resaltar a los peruanos que se inmolaron y dar una señal de valor en el cumplimiento del deber.

(*) Excongresista

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