
Tenemos algunas vías rápidas en nuestra capital limeña, que cuando se construyeron aliviaron muchísimo el tránsito vehicular. Por ejemplo, tenemos a lo que fuera el “Paseo de la República” más conocido como el “Zanjón de Bedoya” que se ejecutó en la excelente gestión edilicia de Luis Bedoya Reyes. También tenemos a la Avenida Javier Prado Este, a partir del Paseo de la República hasta el Óvalo Monitor en jurisdicción tanto de La Molina como de Santiago de Surco, vía rápida que se realizó en la buena gestión municipal de Alberto Andrade Carmona.
Lo que indiscutiblemente fue y es un acierto, lamentablemente con el correr del tiempo no cumplen a cabalidad con su objetivo, por lo que es necesario complementarlo con vías elevadas conforme han aconsejado algunos expertos en dicha temática.
Sin embargo, la situación cada vez es más caótica, simplemente porque se incumple en tales vías con la normatividad legal y, a vista y paciencia de las autoridades, se transgreden los reglamentos de tránsito y demás disposiciones legales.
Tenemos entendido que en dichas vías no deberían transitar motocicletas. Sin embargo, hay infinidad de ellas e incluso van a altas velocidades, sobre todo las que sus conductores son quienes transportan pedidos rápidos, pero no deberían serlo a riesgo de accidentes y de ponerles los nervios de punta al resto de quienes conducen otro tipo de vehículos. Se ha llegado a tal grado de insensatez que hemos podido observar en algunas ocasiones hasta bicicletas y, las autoridades ausentes, como si es que no existiesen.
¡Agárrense! La cosa es aún peor que lo reseñado. El 28 de enero (no el 28 de diciembre que fue el día de los inocentes), al mediodía para ser exactos, en la vía rápida de Javier Prado, discurría de Este a Oeste un camión recolector de basura, sin identificación respecto a si correspondía a alguna Municipalidad o a empresa privada proveedora del servicio de recojo de basura.
En la parte posterior del vehículo dos flechas luminosas una con dirección al sur y la otra al norte. El camión en cuestión, en una vía rápida iba a paso de procesión y cada veinte metros, aproximadamente bajaba de él un trabajador con uniforme color verde y recogía papelitos tirados al filo de la vía.
Como comprenderá el apreciado lector, la vía supuestamente rápida pasó a ser más que “lenteja”, pero lo que es gravísimo, sumamente peligrosa pues los vehículos que venían detrás del camión aludido, podían chocar con él en cadena, iniciándose un accidente múltiple que podría tener hasta consecuencias fatales.
¿Podría haberse tomado otras precauciones? ¨Por supuesto, el recojo de basura en vías teóricamente rápidas, tiene que hacerse a horas en que no exista gran volumen de transitabilidad vehicular, como son las horas de la madrugada.
Si bien es claro que las normas son de obligatorio cumplimiento para todos, los primeros llamados a cumplirlas deberían ser quienes ejercen servicios públicos como son la recolección de residuos sólidos, pero para ello las autoridades municipales y policiales bien podrían poner un poquito de esmero para que todo lo que hemos relatado, quede en el pasado.
(*) Expresidente del Consejo de Ministros.
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