Opinión

Trabajo y desempleo

Por: Antero Flores-Araoz

Con el feriado no laborable, el 1.° de mayo se celebra el Día del Trabajo” seguramente con júbilo de los que lo tienen, a “media caña” por los que lo tienen pero no están satisfechos, ya sea con las condiciones del empleo o la retribución y, por último, los desempleados, los que no tienen trabajo y, por ende, nada que celebrar.

En estos tiempos, el 1.° de mayo es un feriado regular, muchos lo descansan, como también otros lo laboran, pues hay servicios públicos como luz, gas, telefonía, agua y desagüe, transportes y otros que tienen que seguir laborando, por lo que tendrán otras compensaciones.

Antiguamente, y lo recordarán quienes pintan canas, el primero de mayo nadie trabajaba y las agrupaciones gremiales de trabajadores, con tachuelas en el piso, impedían el tráfico vehicular. Felizmente, esa pésima costumbre sucumbió. Los que no tienen trabajo y pasan por la avenida Salaverry y ven un importante edificio público, con el nombre de Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo, con lógica se preguntarán para qué sirve el inmenso local y los cientos de funcionarios que lo albergan si es que no hay trabajo, aunque tampoco acciones concretas para promover el empleo.

No me cansaré de repetir que para que exista empleo, se necesita de la inversión generadora de puestos de trabajo y que no sea el Estado el gran empleador, que contrata y contrata trabajadores públicos en diversas modalidades, pero que lamentablemente, lejos de ayudar a simplificar trámites, lo dificultan, con lo cual ahuyentan a la inversión.

Es indispensable que el sector trabajo lidere la promoción del empleo para que no sea un mero nombre de un inmenso edificio. Tiene que ubicar todos y cada uno de los trámites innecesarios, los requisitos cuestionables y exagerados, con el ánimo de que todos los sectores atiendan con celeridad los permisos, autorizaciones y licencias que les son solicitadas, con lo cual habrá más puestos de trabajo.

Debería también ubicar las inversiones trabadas, para buscar soluciones, y en el propio sector trabajo hacer la reforma de Sunafil para que no sea el cuco de los empleadores, con tantas exigencias insensatas e inconvenientes, que lo único que hacen es desincentivar a los inversores, que muchas veces, por cansancio, se retiran de la cancha. Todo ello sin olvidar la revisión de tantas obligaciones laborales que embrollan a los emprendedores de todo tamaño.

Estamos en un país en que el empleo regular o formal decrece y el desempleo aumenta, y ello debido a tantas trabas que se ponen desde una burocracia irresponsable, que para justificar el escritorio y sillón en que adormecen, instruyen más y más trámites y requisitos absolutamente anodinos, pero que perturban al inversor de buena fe.

Se habla mucho de formalizar a los emprendedores informales, lo que también significa formalizar a sus trabajadores, pero ello no se logrará sin una amnistía total para dichos empleadores, que contenga temática tributaria, de seguridad social, municipal, laboral y cualquier otra. Nadie se formalizará si al día siguiente de ello te caen con requerimientos de pago, multas y sanciones la Sunat, Sunafil, ONP, EsSalud, y municipalidad entre otros.

Hoy no tenemos Día del Trabajo para celebrar, pues no hay trabajo, pero sí lo puede haber si nuestros gobernantes dejan el timón automático y se ponen a laborar en serio.

(*) Expresidente del Consejo de Ministros.

* La Dirección periodística no se responsabiliza por los artículos firmados

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