Hay que tomar conciencia que la vacancia de Pedro Castillo ha salvado al Perú de caer en el abismo del totalitarismo, al haber casi llegado a un punto de no retorno que menos mal no habíamos atravesado como país. Si el gobierno de Castillo hubiere copado a las Fuerzas Armadas, como hizo Chávez en Venezuela, posiblemente entrábamos en una pendiente insostenible.
La caída de Castillo Terrones se dio por su propia acción y ante ello lo importante es que funcionó la institucionalidad; el Congreso, Poder Judicial, Fiscalía, Fuerzas Armadas y Policía Nacional cada uno cumplió su papel con el apoyo de la ciudadanía pacíficamente movilizada. Finalmente, el incompetente, corrupto y golpista terminó en la cárcel, como correspondía.
No debemos olvidar que el auto golpe de Castillo y el llamado a la rebelión que el mismo hizo, ha sido el detonante para que en algunas provincias salgan los extremistas para generar violencia y caos, tomando aeropuertos, incendiando comisarías y fiscalías, cerrando carreteras y atacando a personas y policías. Sendero Luminoso, Movadef, Fenate y otros terroristas no son ajenos a estos hechos. Lamentamos muchos la muerte de personas víctimas de azuzadores que los han usado para sus fines. Estos hechos violentos prueban que el referido llamado a la rebelión si se concretó, por tanto la defensa del ex presidente se quedó sin argumentos.
Ese estado de cosas, motivó la declaratoria del estado de emergencia y la participación del Ejército en zonas convulsas, como era obvio, la presencia militar resultaba necesaria al ser rebasada la Policía en algunas ciudades. El Estado le da a las FFAA y PNP la autoridad del uso de las armas para combatir la perturbación de la paz y restablecer el orden interno, según el art. 137° de la Constitución.
Justamente, cuando tuve a mi cargo la Comisión de Defensa del Congreso impulsamos la Ley 31012 de protección policial, aplicable también a los miembros de las FFAA, establecimos que “el personal de las FFAA y de la PNP que en el cumplimiento de su función constitucional, hace uso de sus armas o medios de defensa, en forma reglamentaria o causando lesiones o muerte” está exento de responsabilidad penal.
Nos corresponde como civilidad defender el trabajo de las fuerzas del orden; ¿qué hubiera pasado si no se hubiera producido la intervención militar-policial dentro de la constitución y la ley?, hubiéramos caído en una dictadura comunista que hubiera abusado de su poder como suelen hacer los regímenes totalitarios.
En este estado de cosas, debemos recusar la agenda roja que el pueblo no acepta, como son la Asamblea Constituyente, Cierre del Congreso, Restitución de Pedro Castillo; en lo que si hay consenso nacional es el adelanto de elecciones, ya se aprobó una primera votación y confiamos se repita en la siguiente legislatura, en tanto deben hacerse algunos cambios indispensables.
Por otro lado, no debemos descuidar el frente externo donde existe mucha distorsión informativa. Sugerimos que el Gobierno convoque a personalidades prestigiosas para conformar comisiones que visiten los países vecinos para explicar la realidad peruana y no dejarnos ganar por una narrativa distorsionada. Recuerdo que gobiernos anteriores han recurrido a este medio y estoy seguro que ningún peruano de bien se negaría a participar en tan noble misión.
(*) Excongresista de la República
(*) Expresidente del Consejo de Ministros
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