Opinión

Se agudizan las contradicciones

Por: Martín Valdivia Rodríguez

Las bancadas que apoyan al oficialismo deben estar preguntándose si ha valido la pena reemplazar en la presidencia del Congreso a Lady Camones, de las filas de APP, un partido supuestamente más proclive a la conciliación —por conveniencia o no—, por José Williams Zapata, de Avanza País, una agrupación a la que se le suele poner la etiqueta de ultraderecha y más próxima al fujimorismo. O, en todo caso, si mejor hubiese sido hacer de tripas corazón y elegir a Luis Aragón, de Acción Popular, cuya bancada, según dicen, tiene algunos miembros que son tan obedientes como unos niños.

Habría que saber si Guillermo Bermejo, quien —según dicen— movió los hilos para la censura de Lady Camones, ya hizo su balance y piensa si será mejor tener como mandamás del Congreso a Williams Zapata, quien fue jefe de la operación “Chavín de Huántar” y es idolatrado por el conservadurismo. O si mejor hubiese sido, ante las circunstancias, poner en marcha una estrategia para que gane Aragón y no Williams.

Para la elección del nuevo presidente de la Mesa Directiva del Congreso se presentaron 6 listas, un hecho inédito según el propio oficial mayor, José Cevasco. No solamente midieron fuerzas el oficialismo y la oposición, sino también las bancadas que fluctúan en el centro. Fue un fiel reflejo de la atomización del Parlamento, que se ha partido en 14 bancadas y experimenta una dispersión que imposibilita el consenso al que supuestamente aspira el Ejecutivo para encontrar el camino de la gobernabilidad, que hasta ahora le es esquiva.

La derecha ya empezó a marcar su territorio. El congresista Nano Guerra-García posteó en Twitter: “Ganó Williams. De aquí en adelante a caminar juntos y coordinados en el bloque democrático, solo así podremos enfrentar a este nefasto gobierno. Fuerza Popular manteniendo su palabra y compromiso”. En otras palabras, la prioridad será la vacancia presidencial.

Cabe la posibilidad, también, que poner a Williams Zapata como presidente del Congreso haya sido para el oficialismo y sus amigos una jugada deliberada con la intención de agudizar las contradicciones y forzar así el cierre del Congreso. Después de todo, esa es una receta marxista. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.

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