Opinión

¡Respeten a las mujeres!

Por: Martín Valdivia Rodríguez

En el Día de la Mujer, un diario de circulación nacional publicó ayer un titular de “antología” en el rubro de lo absurdo: “Andy Polo da el golpe”. Se refiere a que la “U” está por contratar al futbolista Andy Polo, acusado de agredir brutalmente a su exesposa y quien, por esa razón, fue expulsado de su anterior equipo en Estados Unidos. Andy Polo, el pegalón, da el “golpe”. El autor del titular debe haber sonreído de su “ingenio”, de su “talento” para apelar al sarcasmo y jugar con el doble sentido. ¡Qué “genialidad”! Esta breve frase, por su connotación, refuerza el machismo y valida el maltrato a la mujer, juzgándolo como algo gracioso y normal. Lamentablemente, es una idea arraigada aún en el Perú, aunque en los últimos años, producto de la evolución de la sociedad y las campañas de prevención e indignación, se ha avanzado algo en la lucha contra el machismo.

Ayer mismo, la arquitecta Elizabeth Añaños escribió en Twitter: “Entre las razones de mi renuncia a viceministra en 09.2021 estuvo el machismo y violencia basada en el género hacia mí dentro del Ministerio de Vivienda: —“En el futuro me gustaría estar con una chica inteligente como tú”. — “Me gusta cómo te vistes”. —“Me quiero casar contigo”. Según la RAE, acosar es “insistir (una persona) o persistir (una situación, una idea, etc.) en algo (una acción, una petición, preguntas, quejas, etc.) que resulta molesto o dañino para una persona)”.

Situaciones como estas son cotidianas en las instituciones públicas y empresas privadas, donde muchos hombres creen tener carta libre para acosar a una mujer con proposiciones deshonrosas, indirectas o directas, con tal de conseguir su propósito. Las estúpidas ínfula del “macho alfa” que dice salir “de cacería” cuando va a una fiesta o reunión social a la que acudirán varias mujeres.

Estas conductas son reforzadas por el poder, de tal manera que se dan más en personas que tienen alguna autoridad sobre otras. Y las víctimas, en muchos casos, se sienten obligadas a soportar para no perder el empleo, conseguir un trabajo, aprobar un examen en la universidad o el instituto. En las redes sociales se denuncian muchos de estos incidentes, incluso algunos salen a relucir por la mera circunstancia, sin premeditación. Hasta se dan casos de violación sexual. Es hora de que las autoridades correspondientes pongan atención en el tema, investiguen y sancionen a los responsables. Ahí están las denuncias en Facebook, Twitter y YouTube. Hagan su chamba. Las mujeres merecen respeto. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.

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