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Residentes del CAR Munay siembran lechugas hidropónicas con apoyo de voluntarios de Kallpa

Mejoran su estado de ánimo, confianza y autoestima para desarrollarse en forma autónoma

Desde que sembró las primeras semillas de lechuga hidropónica, Pedro Velásquez, residente del Centro de Acogimiento Residencial (CAR) Munay del Programa Integral Nacional para el Bienestar Familiar-Inabif, ha encontrado en esta hortaliza al mejor nutriente que eleva su ánimo, confianza y autoestima para desarrollarse en forma autónoma hacia una vida plena.

Pedro es un joven de 27 años diagnosticado con trastorno de lenguaje y solo se comunica a través de gestos. Al igual que él, otros cuatro residentes del CAR Munay, que alberga a adolescentes y jóvenes con discapacidad en situación de desprotección, forman parte del taller de sembrío de lechugas hidropónicas, iniciativa de este centro que se desarrolla con el apoyo de la Asociación Kallpa a través de su programa de capacitación y cultura inclusiva para fomentar el estudio, empleo y autoempleo.

Pedro y sus compañeros cuidan con esmero sus plantaciones que emergen frondosas y verdes sobre tubos de PVC que han sido perforados para el crecimiento de estos vegetales bajo la técnica de  agricultura sostenible que no requiere suelo o tierra.

“El contacto físico con las plantas promueve la estimulación sensorial y desarrolla la motricidad fina de los residentes. Asimismo, el que estén pendientes del crecimiento de las lechugas fomenta la responsabilidad, disciplina y colaboración entre ellos”, refiere Rubén Calixtro, director del CAR Munay que Alberga a 30 residentes en su totalidad.

PLAN DE NEGOCIO

La plantación y cosecha de lechugas hidropónicas también representa un plan de negocio en aras de ampliar el desarrollo personal de los residentes, refiere Josué Suárez Vilca, coordinador de proyectos en Kallpa, asociación que forma parte del voluntariado de Inabif, que además de proporcionar el capital semilla a los residentes, ha brindado una capacitación sobre la comercialización de estos productos.

“Comentamos a Pedro y a sus compañeros que el negocio de plantaciones de lechugas hidropónicas es rentable, pues crecen de manera muy rápida. Además, actualmente hay un mayor consumo de productos orgánicos. Nosotros damos recomendaciones sobre el tipo de vegetales que podrían sembrar de acuerdo a la demanda en el mercado y las ganancias que obtendrían por la venta de estos vegetales.”, agregó Suárez Vilca.

Cuatro semanas y media después de haber puesto en agua las primeras semillas, llegó el momento de la recolección. Pedro y sus compañeros, Luis Sánchez (19 años con retardo mental leve), y Kenji Gómez (22 años con discapacidad intelectual leve y trastorno del lenguaje), Juan Sánchez y Luis García (ambos con discapacidad leve) estaban muy emocionados, no obstante, hicieron gala de mucha paciencia para retirarlas cuidadosamente de los tubos de pvc y no dañar sus hojas durante este proceso.

Este primer lote de producción dio como resultado la cosecha de 200 frescas y apetecibles lechugas hidropónicas, la mayoría de las cuales fueron adquiridas por un comerciante del Mercado Modelo Lima ubicado en la avenida 28 de Julio. Unas pocas quedaron en el centro para ser el insumo principal de una suculenta ensalada que saborearon especialistas y residentes del CAR Munay del Inabif que pertenece al MIMP.

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