Opinión

Reingeniería institucional

Por: Omar Chehade Moya

En el Perú se sigue hablando de la posible destitución de los miembros de la Junta Nacional de Justicia, y sanción o inhabilitación de diversos magistrados del Ministerio Público y del Poder Judicial.

En realidad, el problema resulta ser más de fondo que coyuntural. Rara vez se trata en nuestro país de solucionar los problemas estructurales, normalmente somos bomberos de escándalos, en donde se recurre a apagar el fuego episódico y no atacar la raíz del problema.

No solo es un tema de personas, el problema va más allá, porque estamos seguros que después de cambiar a los ciudadanos, que son funcionarios de importantes instituciones, los que vengan en su reemplazo no necesariamente serán mejores que los destituidos o reemplazados, así ya ha acontecido en el Poder Judicial, en la Fiscalía de la Nación, en el Congreso de la República, en los gobiernos de turno, en el Jurado Nacional de Elecciones, en el propio Tribunal Constitucional o en la JNJ. Es el sistema que está fallando y cada vez se hace más anacrónico. Mientras esto sucede institucionalmente, lo que la nación reclama son mejores condiciones de vida, una mejor economía en la canasta familiar y mayores oportunidades para poder realizarse. Por todo ello, creemos que es hora de una reingeniería institucional que nos saque de este marasmo que viven nuestros poderes del Estado y en general, las instituciones tutelares del país.

Para ello el Congreso de la República, a través de un acuerdo nacional con toda la sociedad civil, está en la obligación de efectuar importantes reformas constitucionales que varíen sustancialmente este modelo institucional tan debilitado que tenemos. Para ello el Poder Ejecutivo deberá brindar todas las facilidades presupuestales para llevar y liderar una verdadera reforma en nuestras instituciones.

Son también los partidos políticos los obligados a exigirse en llevar a la política a los mejores cuadros nacionales, y en este esfuerzo deberán también comprometerse a desarrollar verdaderas escuelas o academias políticas partidarias para la formación de verdaderos cuadros políticos.

De lo contrario estaremos condenados los peruanos a seguir siendo testigos impertérritos de políticos ladrones, ignorantes, inmorales, “mocha sueldos”, vagos o “niños”, que, como diría el eximio jurista y político Javier Valle Riestra: “prefieran la quincena antes que la historia”.

Si queremos revertir esta difícil situación, hay que comenzar lo más pronto posible, y no solo efectuar pequeños cambios cosméticos, episódicos o coyunturales, sino que hay que efectuar una profunda reestructuración institucional en el país. Como diría el poeta César Vallejo: “Hay hermanos, muchísimo que hacer”.

*Exvicepresidente del Perú

* La Dirección periodística no se responsabiliza por los artículos firmados

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