Opinión

Rehenes por siempre… del Poder Judicial

Por: Fernando Cillóniz Benavides

En nuestro país, pareciera que la corrupción en el Estado está circunscrita únicamente al Poder Ejecutivo – es decir, al Gobierno Central, Gobiernos Regionales y Gobiernos Municipales – y al Congreso de la República. Sin embargo, el Poder Judicial – incluidos el Ministerio Público y la Junta Nacional de Justicia (JNJ) – nada tiene que ver. Nuestros jueces y fiscales son “impolutos”.

Así piensan muchos compatriotas. Como si toda acusación fiscal estuviera basada en la verdad. Y como si toda sentencia judicial estuviera basada en la justicia. Nadie pregunta quién denunció, ni por qué. Tampoco preguntan por la integridad del fiscal que admitió la denuncia, ni si el denunciante es un tipo corrupto, chantajista, o simplemente una persona maliciosa y vengativa, como suele haber – y en abundancia – en nuestro país. Toda sentencia judicial condenatoria suele tomarse como “santa palabra”.

Bueno pues, yo creo que el Poder Judicial es una institución infestada de jueces y fiscales corruptos. Y – si no – de jueces y fiscales politizados e ideologizados. Y la JNJ, la responsable de designar y evaluar a jueces y fiscales… no sabe, no opina. Soy el primero en reconocer que hay magistrados íntegros – incorruptibles, inteligentes, incuestionables – que merecen nuestro mayor aprecio y gratitud. Pero – lamentablemente – hay también de los otros.

A ese respecto, quisiera traer a colación la perniciosa e interminable actuación del Poder Judicial contra los Comandos Chavín de Huántar, a raíz de la heroica operación de rescate de rehenes del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA), en la residencia del embajador de Japón en Lima, el 22 de abril de 1997, que inspiró al vicealmirante Luis Giampietri (recientemente fallecido) a escribir el libro “Rehén por Siempre”.

Bueno pues, así como los Comandos Chavín de Huántar – y el propio Vicealmirante Giampietri – a pesar de su extraordinaria heroicidad, y a pesar de su inmenso sacrificio son los “rehenes por siempre” del Poder Judicial; muchos peruanos estamos en igual situación. La pregunta es ¿por qué? ¿Quién está detrás de todo esto?

El Poder Judicial no es autónomo ni independiente. Por sus actos – y por sus convenios – los conoceréis. Me refiero – por ejemplo – a los Convenios de Cooperación Interinstitucional entre el Ministerio Público y el Instituto de Defensa Legal (IDL).

¿Qué justicia se podría esperar de jueces y fiscales – capacitados por el IDL – ante casos como el de Chavín de Huántar, por ejemplo? Claramente… ninguna.

Aparte de conflictos de intereses, existe también el problema de la precariedad del Poder Judicial. ¡Qué fácil debe resultarle a un criminal, amenazar – o sobornar – a un juez o fiscal, para torcer un fallo judicial a su favor!

He ahí otro inmenso desafío nacional, del cual nadie habla… la reforma del “SISTEMA DE JUSTICIA”. Reforma que, dicho sea de paso, no podría gestarse dentro del propio Poder Judicial.

No queda otra sino luchar. Luchar contra la lacra de la “justicia” corrupta e ideologizada. Liberemos a los “rehenes por siempre” del Poder Judicial.Y perseveremos hasta que algún día podamos decir que sí hay justicia en nuestro país.

(*) Exgobernador regional de Ica

* La Dirección periodística no se responsabiliza por los artículos firmados

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