A parecer, en el Congreso de la República piensan que el secretismo, la opacidad y la falta de transparencia con la prensa es parte del juego de la democracia. No hay otra explicación para la decisión de la Mesa Directiva de prohibir el ingreso de los periodistas a las galerías del hemiciclo para presenciar las sesiones plenarias.
Al congresista Jorge Montoya le preguntaron sobre la razón de esa decisión y su respuesta fue que no es conveniente que los hombres de prensa ingresen porque “en el Pleno se hacen muchas cosas y el público tiene que saber el producto final de las cosas”. Y agrega que “no es un show mediático lo que se hace adentro”.
Se tomaron diversas medidas debido a la pandemia y durante dos años se cumplieron al pie de la letra, pero ahora, debido a que hay menos riesgo de contagio y se han levantado las restricciones, no hay razón para que se impida a los periodistas hacer su trabajo informativo en el lugar donde se aprueban las leyes que gobiernan a los peruanos o se deciden otros asuntos importantes, como la reciente elección de los magistrados del Tribunal Constitucional.
Hasta hace algunos años, antes del inicio de la pandemia, en el Congreso de la República funcionaba una sala de prensa, donde los periodistas se instalaban para hacer sus entrevistas en el Hall de los Pasos Perdidos y recorrer las salas donde funcionan las comisiones o los despachos de los parlamentarios, con la finalidad de acopiar información. Ese recinto ahora no existe.
No solo se trata de las facilidades que se les deben dar a los periodistas para que realicen su labor de una manera adecuada, sino también del derecho de los ciudadanos, quienes con su voto eligen a los congresistas, de informarse sobre el proceso legislativo desde los distintos ángulos o puntos de vista que pueda haber.
Los congresistas no deben ver a los hombres de prensa como un obstáculo o una amenaza. No tiene justificación esta actitud de esquivar la transparencia y socavar la libertad de prensa. Nuestra misión es tomar conocimiento de la verdad y darla a conocer a la ciudadanía, a la que también asiste el derecho de mantenerse informada. Simplemente eso.
Insinuar que solo buscamos shows mediáticos es una ofensa, una expresión que pretende colocar a los periodistas en el nivel de los “urracos” que están a la caza de “ampays” de personajes de la farándula o el deporte. No estamos minimizando la labor de estos colegas, pero son cosas diferentes. Así que no hay razón para que los congresistas miren a los periodistas con cara de malos amigos. Esperamos una respuesta sensata de la presidenta del parlamento, María Alva a nuestra inquietud manifestada. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.
