Opinión

Pasamos a otra etapa de la lucha

Por: Hugo Guerra Arteaga

La manera más simplista de entender el rechazo al primer intento de vacancia presidencial es considerar que se trata de una anécdota más. Pero creo que eso es un craso error, hemos cruzado el umbral del modelo comunista y librarse de eso le va a costar mucho al Perú.

Dicen que la moción de vacancia fue formalmente precipitada y que quizá hubiese sido mejor consensuarla antes de soltarla, sin embargo, es una mala excusa. La propuesta presentada por la congresista Chirinos cumplía con lo esencial: demostrar que el gobierno de Castillo nació ilegítimamente, nombró altos funcionarios relacionados con el terrorismo y, entre otras cosas graves, permitió no solo la corrupción incuestionable de miembros de la administración pública, sino que también atentó contra la institucionalidad de la PNP y las FF.AA.

La pretensión era incuestionable: bajo riesgo de que no llegara a separarse a Pedro Castillo de la presidencia, por lo menos se le habría sometido a dar explicaciones ante el Congreso y a reformar sus erráticas políticas de estado. El argumento de que eso habría comprometido el principio de gobernabilidad es falaz. Gobernabilidad es la capacidad de formar gobierno, de estructurar políticas y planes de ejecución sectorial viables, de disminuir el conflicto social y fomentar el desarrollo nacional en condiciones de paz interna y soberanía nacional. Gobernabilidad no es permitir que un inescrupuloso dicte medidas antojadizas, sin transparencia y sin eficiencia alguna.

Así, la decisión de bancadas como APP, AP, Morados, JP y FA son voluntad de ser cómplices del régimen a cambio de intereses subalternos diversos, desde evitar que algunos de sus dirigentes vayan a la cárcel, hasta conseguir licencias para ciertos proyectos, coimas para licitaciones, empleos públicos para parientes y amigos, etc.

De nada sirve decir “no vamos a cogobernar” o “queremos mantener la autoridad moral para fiscalizar”, cuando en realidad se plasma la componenda con un gobierno tan ineficaz que, de un lado, nos está llevando a la bancarrota económica, y tan vendepatria que, de otro lado, está supeditando la soberanía nacional a la voluntad de la organización criminal del Foro de Sao Paulo.

En cuanto a Perú Libre, recordemos que es también una organización criminal (los Dinámicos del Centro) que llegó al poder por casualidad y porque la Coordinadora Continental Bolivariana logró que circunstancialmente se unieran los comunistas pro cubanos, pro chinos y las izquierdas cultural, neomarxista, globalista y ecologista. Hace 120 días el nuevo gobierno sufrió un desajuste en esa estructura, pero la negativa a la vacancia ha devuelto el liderazgo enérgico de Vladimir Cerrón.

Castillo, pobre pelele al fin y al cabo, avanzará en el sentido más tenebroso: la asamblea constituyente, el copamiento total del poder del estado, la persecución política y hasta, eventualmente, el cierre del Congreso.

Frente a ello el Parlamento está herido. La traición de algunos partidos impacta en la línea de flotación de la democracia y solo queda la alternativa de seguir luchando en las calles, impulsar un nuevo proceso de vacancia por corrupción y apelar a la solidaridad internacional. Se ha perdido una batalla, no la guerra; debemos afiatar fuerzas bajo banderas de unidad y un solo lema: ¡Hasta la victoria final, el comunismo no pasará!

(*) Analista político

(*) La empresa no se responsabiliza por los articulos firmados.

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