Opinión

OEA vino sin anteojos

Por: Antero Flores-Araoz

Soy de los que creen que la OEA puede ayudar sea en el rescate o en el fortalecimiento del sistema democrático de los países que la integran, para lo cual, entre otros instrumentos cuenta con la “Carta Democrática”, así como en cuanto respecta al Perú, en el antecedente de dos intervenciones valiosas, la primera cuando se produjo el autogolpe del 5 de abril de 1992 y la segunda para establecer en el año 2000 un gobierno de transición que nos llevó a la recuperación de la democracia.

El actual gobierno nacional, evidenciando el doble juego de las dos caras y en ánimo de lavarlas, simultáneamente pidió a la OEA activar la “Carta Democrática”, aunque en paralelo acrecentó sus provocaciones a los sectores de oposición y al Congreso de la República al plantear cuestión de confianza irregular y al mismo tiempo poner cimientos para un pronto cierre del Parlamento y asumir el poder en forma totalitaria. Ello sin olvidar los sucesivos pedidos a la actuación de “ronderos” y “reservistas”.

El Consejo Permanente de la OEA accedió al pedido del gobierno peruano y nombró un “Grupo de Alto Nivel” (GAN), para que previa visita al Perú, analizase la situación y formulara un informe inicial. De acuerdo con los instrumentos legales de la OEA la actuación de la Organización y de las misiones que nombre, deben ser “… desde un punto de vista imparcial y con la mayor objetividad …”

Lamentablemente la visita de la delegación de la OEA fue sumamente breve, lo que seguramente evitó entrevistarse con mayor número de actores de la sociedad civil y con partidos políticos, que sin estar presentes en el Parlamento tienen gran y antiguo arraigo en la ciudadanía, lo que hubiese permitido a la misión internacional menos miopía y mayor objetividad.

En el informe a la Comisión Permanente, el Grupo de Alto Nivel advirtió sobre los corto circuitos producidos entre el Gobierno y la oposición, así como entre los Poderes del Estado, incidiendo mayormente en las críticas de la oposición, pero omitiendo las motivaciones que las generaron, con evidente olvido de la imparcialidad que debía tener su informe y que las críticas opositoras son las reacciones ante las acciones gubernamentales.

Para no ahondar en el tema, por limitaciones de espacio, nos centraremos en la crítica a los nombramientos. Ella no es gratuita puesto que muchísimos nombramientos desde el Ejecutivo no cumplen con los perfiles necesarios y hasta hay quienes lejos de tener hoja de vida lo que tienen es prontuario de tipo policial o penal.

Lo que en el informe se denomina “obstaculización” del Poder Legislativo al Ejecutivo, lo cierto es que se confunde ello con lo que es el legítimo ejercicio del control político a cargo del Congreso.

Con ceguera increíble, el informe omite lo principal, que son las acciones y omisiones dolosas de muchos funcionarios gubernamentales, de todos los niveles, las que ha sido formuladas sea por la Fiscalía, Contraloría, Defensoría del Pueblo e incluso la prensa, entre otros.

Como cereza en torta, refiere el informe que se les ha denunciado racismo contra el gobierno, pero cierran los ojos de que no hay ni en la Presidencia ni en el Consejo de Ministros, funcionarios originarios del Perú precolombino, todos tienen nombre y apellidos bien castizos.

El GAN llama a una tregua política e iniciar el diálogo entre peruanos, ignorando que ya se cruzó el “Rubicón” y que ello será posible y debería hacerse, concluido el proceso de vacancia presidencial en trámite, que por mandamiento constitucional no puede ser suspendido.

Para el diálogo político, será importante que la OEA actúe de facilitador, como bisagra entre las partes en contienda, lo que ayudará como ya sucedió en otras oportunidades, a alcanzar la paz interna que tanto ansiamos los ciudadanos de bien, diálogo que podría hacerse desde el escenario del Acuerdo Nacional, que podría recobrar presencia.

Dice el refrán “consejo hasta de un conejo”, por lo cual harían bien los representantes de la OEA, antes de venir al Perú, hacerse un control de vista, sea en el “Bascom Palmer Eye Institute”, en la “Clínica Barraquer” o en el “Cleveland Optical Clinic”, todos de prestigio internacional, para no tener nuevamente visión sesgada.

(*) Excongresista de la República
(*) Expresidente del Consejo de Ministros

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