Opinión

Nuestros niños son sagrados

Por: Martín Valdivia Rodríguez

Desde hace décadas se venían denunciando casos de abuso sexual contra niños cometidos por sacerdotes de la Iglesia católica. Sin embargo, las autoridades del Vaticano siempre se mostraron indiferentes, hasta que, recién en 2018, el papa Francisco pidió perdón a las víctimas y dijo que “nada será suficiente para reparar el daño”. En el Perú, también durante mucho tiempo, se denunciaron violaciones de estudiantes por parte de profesores. Igual que en el Clero, la mayoría de los casos de docentes violadores fueron disimulados o apañados por las autoridades educativas, pero todo indica que las cosas cambiarán.

La presidenta Dina Boluarte se refirió directamente al problema y envió un claro mensaje en alusión a las denuncias de abuso sexual contra niños y niñas en colegios: “Siempre vamos a protegerlos de cualquier tipo de violencia, seremos vigilantes y severos con aquellos que sean responsables de agresión física y sicológica”, advirtió.

Hace seis años, el papa Francisco se refería al “sufrimiento vivido por muchos menores a causa de los abusos sexuales, de poder y de conciencia cometidos por un notable número de clérigos y personas consagradas”. Y se mostró abatido por “un crimen que genera hondas heridas de dolor e impotencia; en primer lugar, en las víctimas, pero también en sus familiares y en toda la comunidad”. “Con vergüenza y arrepentimiento, como comunidad eclesial, asumimos que no supimos estar donde teníamos que estar, que no actuamos a tiempo reconociendo la magnitud y la gravedad del daño que se estaba causando en tantas vidas. Hemos descuidado y abandonado a los pequeños”, admitía el papa en una carta hecha pública.

El caso de los docentes violadores en el Perú ha vuelto a las páginas de los diarios tras la denuncia de la presidenta del Consejo de Mujeres Awajún, Rosemary Pioc. Esta dirigente nativa de la región Amazonas reveló que entre los años 2010 y 2024 se han registrado 524 casos de niñas víctimas de abuso sexual —varios con contagio de VIH— en los colegios, pero solo 111 profesores fueron destituidos, los demás siguen enseñando en las aulas.

Estos casos de escolares abusadas por sus maestros no solo se dan solo en el interior del país, en pueblos alejados de la selva o la sierra, aunque en estos lugares hay más indiferencia respecto al problema. También hay denuncias en las grandes ciudades, incluso en Lima.

Ni los curas ni los profesores, ni nadie, deben gozar de impunidad ante semejantes crímenes. Es hora de que el Estado asuma el problema con responsabilidad, conciencia y rectitud. Hay que cuidar a los más débiles. Los niños son sagrados. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.

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