
A raíz de la entrevista en CNN del presidente Pedro Castillo sobre la posibilidad de darle una salida al mar a Bolivia y consultarlo con el pueblo peruano, creo que es necesario revisar un poco la historia de las relaciones de Perú con Bolivia que siempre ha sido, por llamarlo de alguna manera, un amor no correspondido. Desde que se creó como Estado, Bolivia ha dependido mucho del Perú porque antes ha sido parte nuestra con el nombre de Alto Perú. De tal manera que siempre ha habido consideraciones, atenciones y facilidades como las que se le da a un hermano menor para que se pueda desarrollar en igualdad de condiciones. En eso siempre hemos estado empeñados los peruanos.
Sin embargo, ha habido algunos hechos que demuestran el gran cariño y amor del Perú hacia Bolivia que, lamentablemente, no siempre han sido correspondidos como ocurrió en la Guerra del Pacífico.
Como docente que es, Pedro Castillo debería saber algo de esta historia, pero parece que no es así. Por ejemplo, no sabe que Bolivia violó el Tratado de Fronteras con Chile de 1,878, violación que le permitió a Chile invadir y apropiarse de Antofagasta en febrero del año siguiente. Inmediatamente, Bolivia le exigió al Perú que entre a la guerra para defenderlos y nuestro país entró a la guerra sin tener ningún problema con Chile; además, no estábamos preparados y se formó un ejército entre Bolivia y Perú. Lamentablemente, después el presidente Hilarión Daza anunció que su país se retiraba argumentando que el “desierto lo agobiaba” y el Perú se quedó en la guerra solo ante Chile, en la cual nuestro país perdió muchísimo y nuestra economía fue destruida.
Terminada la guerra, se firmó el Tratado de Ancón y el Perú perdió definitivamente Tarapacá y, temporalmente, Arica y Tacna que quedó en manos de Chile por 10 años hasta que un Plebiscito.
En ese interín, Bolivia había perdido su costa sobre el Pacífico al perder la emblemática ciudad de Antofagasta y empezó a negociar con Chile acuerdos para firmar un tratado definitivo de la entrega de esta ciudad, pero a cambio que le reconozcan salida al mar.
Luego, en 1,895, hubo un acuerdo para que Chile le ceda a Bolivia las ciudades de Tacna y Arica que aún eran peruanas, pero estaban en cautiverio. Dos años después los bolivianos ceden parte del territorio detentado por Chile en la puna de Atacama, gesto que permitió a los chilenos cancelar todo acuerdo para entregar Tacna y Arica.
En este acuerdo, Bolivia recibe concesiones y dinero de parte de Chile que se compromete a hacer el ferrocarril La Paz-Arica que se construyó sobre territorio peruano. Este ferrocarril le trajo problemas al Perú porque en el año 1,929 se firma el tratado por el cual Arica se queda con Chile y Tacna regresa al Perú y el límite fue, precisamente, ese ferrocarril.
Paralelamente, Bolivia negoció con Chile a costas del Perú y exigió salidas al mar a través del territorio peruano.
Finalmente, y ya en nuestros tiempos, ante la demanda que hizo el Perú a La Haya por los límites marítimos con Chile que no estaban fijados, Bolivia también presentó su demanda ante La Haya perjudicando notoriamente la demanda peruana contra Chile. Vale decir que en esta ocasión Bolivia tampoco respetó las decisiones del Perú y quiso perjudicarnos en este proceso de reclamo de nuestro mar de Grau.
Resumiendo, la historia larga de nuestra relación con Bolivia siempre ha sido muy compleja y no hemos tenido en ellos reciprocidad.
(*) Excongresista de la República
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