Opinión

No distingue entre el bien y el mal

Por: Jorge del Castillo Gálvez

El lunes 28 de marzo se debatirá la vacancia presidencial, cuya moción 2148 fue admitida por 76 votos, sin que eso signifique que esos 76 votarán por la vacancia. Solo votaron 118 congresistas, por tanto faltaron 12, de los cuales son 4 de Perú Libre, 2 de Perú democrático y 1 de Podemos, total 7 progobierno ausentes, por tanto solo quedarían 5 para sumarse a la causa 76+5=81: no alcanza.

También puede resultar engañoso que 13 de Acción Popular, 4 de Somos Perú y 4 de Podemos hayan votado a favor de la admisión, nada garantiza que todos ellos, voten por la vacancia; solo 1 de Podemos la aprobaría (Anderson que ya renunció a esa bancada).

También es probable que todos los que votaron por la admisión, voten por la vacancia para quedar bien para las tribunas, en la certeza que no alcanzarán 87 votos.

Pero al margen de esos probables resultados, han surgido nuevos elementos que podrían abrir una salida política que hay que evaluar con suma responsabilidad.

El pasado 15, el primer ministro Torres Vásquez dijo que se había sacado del mensaje presidencial la convocatoria a elecciones generales, mediante una reforma constitucional que obviamente tomaría su tiempo ejecutar. Recientemente, Francisco Sagasti ha planteado una solución similar mediante una iniciativa popular de reforma constitucional, tan parecida a la anterior que la presidenta del Congreso ha dicho que “han hecho click”.

Ambas son soluciones de mediano plazo. Pero lo interesante de Sagasti es que ha dicho “El presidente no sabe distinguir entre el interés privado y el público, entre lo correcto y lo incorrecto, entre el bien y el mal en el ejercicio del poder político”.

Ha hecho una precisa definición de lo que es “incapacidad moral permanente”, en cuyo caso no es necesario todo el vericueto de recolección de firmas y proceso de reforma constitucional, sino sería atendible la moción de vacancia por incapacidad moral, por la cual uno solo de sus parlamentarios del Partido Morado votó a favor y 2 lo hicieron en contra.

Esta coincidencia sería suficiente para desconfiar de la transparencia de la propuesta, pero debemos rescatar algunos conceptos básicos. Si para el premier Anibal Torres es posible hacer nuevas elecciones, es porque Pedro Castillo está dispuesto a renunciar a la presidencia.

Si para Francisco Sagasti, que ha proporcionado una bala de oro, ”no sabe distinguir entre el bien y el mal”, implica que llegó el momento que Pedro Castillo deje el poder.

Hay una coincidencia de fondo con lo que exigimos los demócratas desde las calles o desde sus casas, que Pedro Castillo renuncie o que el Congreso lo vaque por las razones conocidas, pero que permita una solución constitucional a este accidente de la vida política nacional.

La calle debe seguir actuando al margen del resultado de la votación que se aproxima; la referencia demagógica que ha hecho Castillo a “marcha de ricos” significa que ha sentido el impacto y el fin se le acerca.

(*) Excongresista de la República

(*) Expresidente del Consejo de Ministros

(*) La empresa no se responsabiliza por los artículos firmados.

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