Opinión

El Estado como un botín

Por: Richard Arce Cáceres

Las denuncias periodísticas que salen cada semana que involucran al gobierno de Pedro Castillo, inclusive a su entorno íntimo y hasta familiar en componendas para favorecer en el nombramiento de cargos públicos, están deteriorando la imagen del Gobierno, como lo muestra las últimas encuestas de aprobación a su gestión.

El problema es mayor en vista que una vez más se repite el “modus operandi” de diferentes gobiernos cuestionados, que ven el aparato estatal como un botín, que se reparte a diestra y siniestra, en perjuicio del erario nacional y sobre todo de la meritocracia, como condición, para mejorar la gestión pública.

Este es un problema que trasciende al color político y por eso la llamada de atención al Gobierno actual de Castillo, en vista que utilizó el discurso en parques y plazas, prometiendo no repetir estas acciones infames de otros gobiernos, pero hoy nos vemos con la ingrata sorpresa, que los propios familiares -que Castillo empoderó- están detrás del ruleteo de puestos de trabajo, sin siquiera considerar el perfil profesional, la experiencia laboral, solo con el requisito de ser allegados a los “sobrinísimos” del presidente.

Esta historia se repite, con las reuniones clandestinas que sostuvo el propio presidente con gestores de interés, como muestran las imágenes televisivas, ingresando a la casa del bunker de Breña. Si bien es cierto, al presidente no se le puede juzgar durante su mandato, por la inmunidad de su investidura, el Congreso tiene la facultad de investigar y de encontrar pruebas o indicios que lo involucre, podría interponer una denuncia constitucional o al extremo de pedir la vacancia, bajo el vacío legal que significa la incapacidad moral permanente.

Por esto es importante que el presidente Castillo entienda que la votación en contra de la admisión de la moción de vacancia no es ningún triunfo político, al contrario, es una advertencia a los yerros y negligencias del gobierno, para que este atento con sus acciones y delegación de funciones en su entorno, porque al final, recae en él la responsabilidad política y una vez que termine el gobierno, posiblemente la responsabilidad penal.

Reitero que la izquierda tiene una maravillosa oportunidad para gobernar el país y todavía en el bicentenario, pero lo acontecido en estos cuatro meses de gobierno, tira la borda la esperanza de un gran sector de la población, que apostó por el profesor rural, el campesino, el hombre del ande, para cambiar la historia de los últimos gobiernos.

Piense presidente, ¿cómo quiere que la historia escriba sobre su gobierno?, todavía tiene una oportunidad más para cambiar la imagen que se está desdibujando con sus acciones, omisiones y lamentablemente ignominias que ha caracterizado el inicio del gobierno.

El romance característico entre la población y un nuevo gobierno acaba de terminar y el crédito que tenía se ha agotado, es hora de tomar decisiones pensando en el país, con responsabilidad y compromiso, pensando en los más de doscientos mil peruanos muertos por la pandemia, que no se merecen el gobierno que usted ha iniciado.

(*) Ex congresista de la República

(*) La empresa no se responsabiliza por los artículos firmados.

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