Lo que ha hecho el Congreso de la República es muy importante al insistir y aprobar una ley que, a mi modo de ver, no restringe ningún derecho, sino más bien precisa. Ante tantas interpretaciones antojadizas y de un sesgo político notorio de algunos miembros del Gobierno que querían imponer a como de lugar una Asamblea Constituyente mediante una convocatoria alejada de los parámetros constitucionales, evidentemente ahora se han visto frustrados con la aprobación por insistencia de este proyecto de Ley que confirma el texto del artículo 206 que dice que todo referéndum de reforma constitucional tiene que aprobarse necesariamente, o pasar por el Congreso.
Hay que recordar que el Congreso no es una comisión cualquiera o una junta de notables, tampoco una comisión de alto nivel o una alcaldía: el Congreso es el primer poder del Estado y lo es porque representa a la soberanía popular. Y eso no lo digo yo ni los partidos que siempre fueron oposición, lo dijo el gran tribuno Gonzales-Vigil en 1839; y lo dijo porque es un poder que lo puede todo. Del poder del Congreso sale la Constitución, nace el Estado. La República del Perú se bautiza en el Congreso que, además, crea la República. Las personas que están ahí -en el Congreso- son elegidas por el pueblo, algo que no sucede con el Poder Judicial con el Tribunal Constitucional, en el Jurado Nacional de Elecciones y hasta en el mismo Poder Ejecutivo porque los ministros son elegidos por el presidente de la República. Entonces, no estamos frente a un poder ficticio: el pueblo está representado por 130 personas y ese Congreso -con una votación importante- ha decidido ratificar el artículo 206 de la Constitución y que siempre se siga tramitando los referéndums a través del Poder Legislativo.
Diera la impresión que cierto sector de la izquierda no ha madurado. Que lejos está la figura de Alfonso Barrantes que tanto se respeto y quiso; o la figura de Henry Pease. Hoy vemos una izquierda del nivel de Mirtha Vásquez que es muy poca cosa y que da vergüenza que atente contra el Congreso diciendo que aprueba leyes inconstitucionales y que va a llevar esta decisión a su revisión en el Tribunal Constitucional. Que pena ver que la señora Vásquez haga esto tomando en cuenta que ella fue presidenta del Congreso.
Hay que recordar que en épocas de Juan Velasco (un Gobierno apoyado 100% por la izquierda) exigieron una nueva Constitución que Velasco no tuvo tiempo de hacerla, pero sí lo hizo Francisco Morales Bermúdez quien hizo una convocatoria a pedido de las izquierdas para consolidar los logros de la revolución peruana.
Llevar esta ley al Tribunal Constitucional me parece una mala práctica, es poner en jaque la soberanía del Congreso y sus decisiones que son democráticas y que lo hacen en representación del pueblo. Es una manera absurda de negarse a cumplir las leyes que emanan del primer Poder del Estado.
(*) Excongresista de la República
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