Con cierta frecuencia al ir a hacer compras a un conocido supermercado limeño uno es abordado por jóvenes identificados con chalecos celestes. Representan a UNICEF y solicitan un apoyo económico para las causas que promueve ese brazo de la ONU. Igualmente, en épocas navideñas muchos compran para enviar saludos las clásicas tarjetas de navidad que vende UNICEF.
Supuestamente este organismo lucha contra la pobreza y protege a la niñez. Tal vez ese fue el motivo con el que fue creado. Sin embargo, hace tiempo que esa noble causa ha sido abandonada. Para empezar, es bueno saber que quien dirige UNICEF desde el año 2021 es Catherine Russell, que fuera asesora de Obama y luego de Biden. Es una experta en lo que la progresía globalista denomina “salud y derechos sexuales y reproductivos”. El término se utiliza para promover tanto el aborto como la política LGBT a nivel internacional y fue empleado por primera
vez de manera oficial en los Estados Unidos bajo el liderazgo de Catherine Russell durante la nefasta administración Obama.
Poco antes de la llegada de Catherine Russell al cargo de directora ejecutiva de UNICEF la agencia publicó un documento que planteaba una estrategia de tres años que, por primera vez, se refiere abiertamente a “la salud y los derechos sexuales y reproductivos”. Con el uso de este término UNICEF da un giro y se orienta a promover la sexualización y la ideología de género en programas para niños de todo el mundo. Obviamente Russell ha incidido aún más en este sentido. Hace un tiempo emitieron un informe sobre seguridad digital que concluía que la pornografía no siempre era perjudicial para los niños.
Luego lo retiraron debido al rechazo que generó. La tendencia en este sentido de UNICEF es cada vez más acentuada UNICEF también fue coautor de un informe conjunto sobre educación sexual integral (ESI) con otras agencias de la ONU, incluido el UNFPA (Fondo de Población de las Naciones Unidas) y ONU Mujeres. El informe enumera el “acceso al aborto seguro” y la “orientación sexual e identidad de género” como “temas clave en la educación sexual integral”.
En el caso peruano, UNICEF se manifestó a favor del aborto en el recordado y debatido incidente de la niña
conocida con el seudónimo de Mila, que fue utilizada y manipulada por el feminismo radical para además de haber sido victima de violación obligarla a abortar bajo la criminal modalidad del aborto terapéutico que de ninguna manera correspondía al caso.
UNICEF se pronunció diciendo: Para garantizar el derecho a la salud, incluidos los derechos sexuales y reproductivos y a la vida de la niña desde un enfoque integral y en el marco del principio del interés superior del niño, instamos a las autoridades correspondientes reconsiderar la decisión de negarle el acceso al aborto terapéutico y garantizarle a Mila, y a todas las niñas y adolescentes embarazadas víctimas de violencia sexual este derecho —con procedimientos seguros y pertinentes a su edad— y dentro de las 22 semanas de gestación que establece el protocolo de este procedimiento médico.
Por estas razones ni un centavo a esta organización promotora del aborto y corruptora de niños con la ideología de género. Es mejor buscar organizaciones nacionales en las que sepamos bien en qué invierten nuestro dinero.
(*) Analista político
