Opinión

Maestros de aula vs educación virtual (II)

Por: Martín Valdivia Rodríguez

Desde que, en el 2018, el periodista Andrés Oppenheimer escribió en su libro “Sálvense quien pueda” que “los profesores ya no están para impartir conocimientos, pues los conocimientos son una cosa obsoleta porque todo está en internet”, han pasado cinco años. Ya se cumplió el tiempo en que, según él, la robotización de las actividades laborales llegaría a un nivel que podría denominarse “tsunami”, pero aún no se ha producido ese descalabro mundial y los androides no han invadido las oficinas, las fábricas ni los talleres. Aunque rondan por ahí. Y los profesores siguen firmes en sus aulas, compartiendo sus conocimientos de manera tradicional, en persona, cara a cara, mirando a sus alumnos a los ojos.

No podemos nadar contra la corriente, el fenómeno de la tecnologización sigue avanzando, ahorrando tiempo, espacio y dinero, eso nadie lo podrá detener, pero definitivamente no llegará a los extremos que, con entusiasmo y regocijo, pronostica Andrés Oppenheimer. Y si no entendemos este fenómeno económico, social y cultural, no podremos utilizar adecuada y convenientemente la tecnología.

La educación es un claro ejemplo de que el abuso de la tecnología, en este caso la enseñanza virtual, puede ser contraproducente, pues causa serios perjuicios en el aprendizaje de los alumnos. Según un estudio realizado por investigadores de Kent State University, Ohio, EE. UU., los estudiantes en línea efectúan tareas múltiples en mayor medida que sus pares en clases presenciales. Y el resultado es un desempeño académico pobre.

En dicha investigación se analizó el comportamiento de 300 universitarios que tomaron cursos en línea y presenciales. Un alto porcentaje señaló estar más propenso a escuchar música, chatear o navegar por Internet para realizar otras cosas que no tienen nada que ver con la educación. Es decir, se distraen, cuando uno de los requisitos del estudio es la concentración. Además, no todo que está en internet es conocimiento, señor Oppenheimer, hay montañas de datos falsos, desinformación y medias verdades.

Nuestra reflexión no apunta a desacreditar a la educación en línea, sino más bien a identificar las deficiencias para que sean investigadas y se pueda mejorar la enseñanza vía digital. El recurso de copiar y pegar textos ajenos; la pereza para leer un libro y recurrir exageradamente a los resúmenes; en general, la automatización de la enseñanza, como consecuencia de la desmedida digitalización, le están haciendo un enorme daño a la educación. No hay nada mejor, para el cuerpo, la mente y el alma, en el proceso de aprendizaje, que adquirir los conocimientos de la voz del profesor in situ, dentro del aula. Algo para uno, irremplazable. Porque lo digo y escribo siempre lo firmo.

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