Opinión

Los candidatos a congresistas

Por: Martín Valdivia Rodríguez

De acuerdo con la legislación electoral, los requisitos para postular al Congreso de la República solo son: ser peruano de nacimiento; haber cumplido 25 años; gozar del derecho de sufragio, y estar inscrito en el Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (Reniec). Nada más. Ante la pésima gestión del actual Poder Legislativo, que tiene una bien ganada aprobación de apenas 9 %, muchos proponen que se ponga como requisito tener un determinado grado académico para postular al cargo de congresista. Sin embargo, no es tan simple la cosa.

Precisamente, en un debate sobre este tema, la excongresista Rosa Bartra comentaba en el programa “Beto a saber” que en el Perú “hay miles y miles” de sinvergüenzas “con maestría y hasta con doctorado”, razón por la cual no se podría poner como requisito que los candidatos al Parlamento tengan que haber estudiado en la universidad y conseguido algún título para postular al Congreso. Agrega que el filtro no debería ser solamente académico porque “podrías perderte un gran representante que solo tiene secundaria versus un PhD que es un gran sinvergüenza”.

El también excongresista Jorge del Castillo le respondió a Rosa Bartra diciendo “eso lo arregla la institucionalidad partidaria si los partidos son serios, estables, conocen a sus militantes (…)”. Y Beto Ortiz tercia diciendo: “y dejan de vender los cupos”. Es cierto, si los partidos hubieran demostrado capacidad para elegir solo a los capaces y honestos, a estas alturas en el Congreso no tendríamos a tantos “niños”, “mochasueldos” y tantos otros impresentables que proceden de partidos que cumplieron todos los requisitos para tener una bancada en el Parlamento Nacional, pero sus parlamentarios son lo peor.

Recientemente se dio a conocer el caso de un congresista que se acababa de graduar de abogado, pero que ya tenía los grados académicos de doctor en ciencias de la educación; magister en didáctica universitaria; licenciado en pedagogía y humanidades; y licenciado en español y literatura. En el papel, este señor es una eminencia, de virtudes intelectuales, pero en la práctica, lamentable, no evidencia nada de eso y presenta un nivel lamentablemente paupérrimo.

En este asunto no solo tienen que ver los partidos políticos irresponsables y mercantilistas, los electores —por su mala elección— y las universidades que “regalan” títulos profesionales, sino también los organismos electorales, que deben fiscalizar y no lo hacen. Porque califica para postular al Congreso no solo gente incapaz, sino también manchada por actos delictivos. Porque lo digo y escribo siempre lo firmo.

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