Opinión

Libertad de prensa y expresión

Por: Martín Valdivia Rodríguez

Una de las herramientas para el desarrollo de los pueblos, es la defensa de los derechos fundamentales y la justicia en la información. Solo cuando las personas conocen sus derechos se atreven a luchar por ellos.

Si esos derechos son vulnerados, ya sea en el ámbito privado o en el estatal, los ciudadanos se sienten en la libertad de protestar y exigir respeto. Y solo es posible que la población se informe si existe libertad de prensa y de expresión, que también son derechos claves en una sociedad democrática.

Allí, entonces, radica la importancia de la libertad de prensa, que se acaba de celebrar en el mundo. Ayer, en un mensaje difundido por las redes sociales, Mario Vargas Llosa decía, desde España, que “una de las grandes conquistas de la sociedad libre es la libertad de prensa y de expresión”. Madrid, donde radica el escritor, conmemora el 2 y 3 de abril el levantamiento de sus ciudadanos contra la ocupación de las tropas francesas lideradas por Napoleón en 1808. Por doble motivo, el autor de “La ciudad y los perros” convocó a los periodistas a que “reflexionen sobre papel de su servicio al ciudadano y a la cultura independiente de los poderes”.

Efectivamente, si no hubiera libertad de prensa y de expresión, solo tendríamos acceso al discurso y a la propaganda oficial, con sus aliados en los grupos de poder, sin derecho a oposición, réplica o cualquier otro derecho inherente a los mecanismos de la información. Esa es una de las características de las dictaduras.

Este derecho es considerado en el artículo 2.4 de la Constitución Peruana y en el artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas de 1948, que establece que: “Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión”.

Por diversos factores existe un evidente deterioro en la reputación de los medios de comunicación, de algunos más que otros, pero hay que reconocer que sin la prensa escrita, radial o televisiva no se hubiera podido detectar, denunciar y exigir sanción para los responsables de delitos como la corrupción y sus variantes, como peculado, malversación de fondos, colusión y negociación incompatible, cuya comisión perjudica la economía, la seguridad, la salud, el estado emocional y/o la estabilidad de todos los peruanos.

Por esta razón, no solo a los periodistas, sino a todos los ciudadanos, nos compete asumir la defensa del derecho a la libertad de prensa y expresión, uno de los pilares de la democracia. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.

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