Opinión

Las artimañas de Odebrecht (I)

Por: Martín Valdivia Rodríguez

A estas alturas del partido, ya casi no quedan dudas de que el acuerdo con Odebrecht no era conveniente para el Perú, pero sí un negocio redondo para la constructora brasileña. Marcelo Odebrecht, Jorge Barata y los demás ejecutivos de la constructora han venido entregando la información que conocen, pero a cuentagotas. Y ahora, con caprichosos argumentos, patean el tablero y llevan a la Fiscalía de Brasil a suspenderl dichoso acuerdo de colaboración eficaz.

Desde el 2017, la constructora Odebrecht —fundada en 1944 por Norberto Odebrecht, abuelo de Marcelo— se llama Novonor. En junio de 2019 se declaró en bancarrota en Brasil y dos meses después hizo lo mismo en Estados Unidos para reestructurar una deuda de US$25,000 millones. En el Perú, uno de los doce países de América Latina donde la trasnacional aceptó haber pagado sobornos, la deuda con el Estado aceptada no llega ni a mil millones de soles.

En el acuerdo de colaboración eficaz se estableció que Odebrecht debe indemnizar al Estado peruano con S/760 millones (incluidos los intereses legales) por cuatro proyectos donde reconoció haber efectuado pagos ilícitos: Carretera Interoceánica Sur, Tramos 2 y 3; Línea 1 del Metro de Lima, Tramos 1 y 2; Vía de Evitamiento del Cusco y Vía Costa Verde, Tramo Callao.

En diciembre del año pasado, Novonor pagó su tercera cuota por S/22 millones, que se sumaron a los S/22 millones que entregó en el 2020 y los S/80 millones del 2019. En total, hasta el momento el Estado peruano ha cobrado solo S/124 millones por concepto de reparación civil. Es poco para el gran daño que causó la constructora al Perú con sus acciones mafiosas.

El caos es complejo. Están imputados los expresidentes Alejandro Toledo (2001-2006), Ollanta Humala (2011-2016) y Pedro Pablo Kuczynski (2016-2018). También era investigado Alan García (1985-1990 y 2006- 2011) hasta que en 2019 se suicidó. Además, Keiko Fujimori, Susana Villarán y Nadine Heredia, solo por mencionar a los más importantes.

En el 2019, Jorge Barata empezó a revelar las posibles identidades de algunos codinomes o apodos de las autoridades peruanas corruptas. Pero solo soltó especulaciones, nada confirmado. Dijo, por ejemplo, que “Sipán” podría ser Javier Velásquez Quesquén o Yehude Simon, quienes fueron primeros ministros durante el segundo gobierno de Alan García. Pero en la justicia no valen las presunciones. Mañana continuamos. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.

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