Tanto Pedro Castillo como su socio Vladimir Cerrón promueven, de manera permanente, la dación de una nueva Constitución, pero jamás han explicado cuales son los propósitos reales de ese proyecto, salvo la ya consabida propuesta de crear un nuevo régimen económico que reemplace al actual sistema que ellos llaman “neoliberal”.
La primera falacia consiste en que el sistema consagrado por nuestra Constitución no es neoliberal sino de economía social de mercado. Si bien lo cierto es que en el Perú lo que hay es un sistema mercantilista que debemos erradicar, para el Plan de Gobierno comunista de Perú libre da lo mismo un sistema neoliberal que uno de economía social de mercado (sic) porque lo que pretende es crear un sistema, tal y cual existe en Cuba, en donde “el Estado dirige, regula y controla la actividad económica”, amén de ser propietario de “los medios fundamentales de producción” (en la práctica, es dueño de todo). El Plan de Castillo y Cerrón habla de un Estado “interventor, planificador, innovador, empresario y protector” además de “que regule el mercado”.
Ese mismo Plan, obviamente redactado para Vladimir Cerrón por sus asesores cubanos, repite de una u otra forma los dictados de la Constitución cubana que por ejemplo consagra el principio de que el partido Comunista de Cuba es “único, fidelista, marxista, leninista” y señala con meridiana precisión que “los medios fundamentales de comunicación social, en cualquiera de sus manifestaciones y soportes, son de propiedad socialista…”.
Para el Plan de Castillo y Cerrón, “el socialismo no aboga por la libertad de prensa sino por la prensa comprometida con la educación y la cohesión de su pueblo” en el marco de una educación que, más allá de la monserga clásica del marxismo, “forme… ciudadanos revolucionarios”.
El objeto de la nueva Constitución comunista de Castillo y Cerrón es claro: crear un Estado totalitario que concentraría el poder político y económico en forma absoluta en manos de la cúpula -ellos mismos- del partido Comunista Perú Libre.
Como afirma Lord Acton, el poder corrompe, pero el poder absoluto corrompe absolutamente.
No pasarán.
(*) Presidente de Perú Nación
(*) Presidente del Consejo por la Paz
(*) La empresa no se responsabiliza por los artículos firmados.
