Opinión

La virtualidad en el Congreso

Por: Martín Valdivia Rodríguez

Uno de los aspectos más saltantes del 2023 en el mundo de la política es el afianzamiento de la virtualidad en el Congreso de la República. ¡Ahora la mayoría quiere trabajar desde su casa! Aunque esa modalidad no garantice que realicen sus actividades laborales de manera cabal, con honestidad, responsabilidad y eficiencia. No bastó el vergonzoso espectáculo que dio el parlamentario que, por error, activó su cámara cuando desde la playa, con sombrero, gafas, sin camisa y con short hawaiano, participaba en una sesión de una comisión.

Como “otorongo no come otorongo”, la Comisión de Ética salvó a dicho congresista al rechazar el pedido de sanción en su contra por sesionar mientras veraneaba desde la playa. Esa decisión, del citado grupo de trabajo parlamentario, dio pie a que ahora casi todos quieran sesionar, debatir y votar de manera remota, sin asistir al Congreso, cómodamente desde sus casas, en pijama, en paños menores, o encargando a otra persona que marque asistencia si están en la calle, como ocurrió una vez, según un reportaje televisivo que descubrió que una parlamentaria no se encontraba en su casa a la hora que, supuestamente, emitió su voto desde su computadora en domicilio.

Pero sí hay algunos congresistas que rechazan la modalidad virtual del trabajo legislativo. Por ejemplo, Norma Yarrow afirma que “es una vergüenza que nadie asista a comisiones”. Por eso pide a los demás congresistas que asistan a todas las sesiones del Parlamento y justifiquen su sueldo. Según ella, esta modalidad debe terminar para que exista transparencia en los debates dentro de las comisiones y las sesiones del Pleno. Recuerda que, cuando José Williams Zapata era presidente del Congreso, dispuso que todas las sesiones de los jueves sean presenciales. Sin embargo, el actual titular del Legislativo, Alejandro Soto, es muy apegado a la virtualidad.

Está plenamente demostrado que la actividad virtual, ya sea laboral o educativa, es muy beneficiosa y efectiva, pero solo para determinadas circunstancias y en algunas etapas. Su abuso está causando serios daños en la calidad de la enseñanza.

Y también es indudable que la calidad del trabajo parlamentario ha bajado enormemente. Eso no solo se nota en las encuestas de aprobación a la gestión del Congreso. Basta escuchar expresarse a algún parlamentario para darse cuenta. Hay algunas excepciones, eso sí, felizmente. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.

Related Articles

Agregue un comentario

Su dirección de correo no se hará público. Los campos requeridos están marcados *

Back to top button