Opinión

La soberbia no es grandeza

Por: Martín Valdivia Rodríguez

Decía el mahatma Gandhi que “es imprudente estar demasiado seguro de la propia sabiduría” y que “es saludable recordarse que el fuerte puede debilitarse y el sabio puede errar”. Una reflexión válida para analizar el caso de la ministra de Salud, Rosa Gutiérrez, quien en el Congreso hizo alarde de su nivel académico y su experiencia al defenderse de las críticas a su gestión.

En el Gobierno se aduce erróneamente que la oposición cuestiona a la ministra por su condición mujer y también porque es provinciana, pues, nació en Ayacucho. Ella misma insinuó, al defenderse ante la Comisión de Salud del Congreso, que la atacan por prejuicios políticos y que ella es “una profesional con todas las competencias, 25 0 26 años de gestión, dos maestrías y dos doctorados (…)”. Ese tipo de victimización ya la vimos en el gobierno de Pedro Castillo.

En realidad, las críticas vienen de la izquierda, de la derecha y de centro; de caviares, de rojos y moraditos; de castillistas y boluartistas; y de machistas y feministas. No hay ningún lobby entre tirios y troyanos a la vista para promover la salida de la ministra. Además, si bien son un requisito indispensable, los títulos no garantizan que un profesional realice su función con eficiencia. Ahí tenemos el caso de Pilar Mazzetti, una mujer con grandes pergaminos y amplia trayectoria, cuya carrera política terminó por los suelos. Precisamente, la arrogancia le pasó factura.

En las gestiones ministeriales de carácter predominantemente técnico, como la del sector Salud, los resultados son cuantificables, se pueden medir por números. Rosa Gutiérrez ocupa el cargo desde el 10 de diciembre del año pasado. Por esas fechas, Brasil ya registraba cerca de mil muertes por dengue. En el Perú, en todo el 2022 se reportaron 63,168 casos y 86 fallecidos. El problema del dengue era grave y todas proyecciones indicaban que, si no se adoptaban medidas urgentes, la epidemia se desbordaría. Y así ocurrió.

A mediados de mayo, cuando los contagios se acercaban a 90 mil en menos de cinco meses, la ministra, dijo que en 15 días se solucionaría el problema. La comunidad científica, empezando por el Colegio Médico del Perú, cuestionó sus palabras. Pasaron los 15 días y la pandemia se había disparado. Hoy tenemos más de 121 mil casos y más de 120 fallecidos.

Para ser un eficiente funcionario público no solo se requiere acreditar la mayor cantidad posible de títulos académicos, sino también de cualidades humanas como la humildad, la sensatez, la empatía, etc. Como decía San Agustín: “La soberbia no es grandeza, sino hinchazón”. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.

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