El caso de Gabriela Sevilla ha puesto sobre el tapete el problema de la salud mental en el Perú, que se agudizó por la pandemia, pero que, desde mucho antes ya alcanzaba niveles alarmantes. Según la Dirección de Salud Mental del Ministerio de Salud, en el 2021 fueron atendidas 313,455 personas por depresión en el país. Pero ya tres años antes de la llegada del covid, las cifras oficiales indicaban que el 30% de los peruanos tenía problemas de salud mental.
Definitivamente, el caso de Gabriela Sevilla es un asunto de salud mental. Puso de cabeza al país con su supuesto secuestro y su falso embarazo. Ahora su pareja revela que días antes de su desaparición él empezó a sospechar, pues cumplió 9 meses y dos semanas y no daba a luz. Él buscó a los ginecólogos que supuestamente la habían atendido, pero ellos la desmintieron. En las imágenes de su baby shower, a ella se le ve con una barriga de gestante. Es posible que haya sufrido de pseudociesis o embarazo psicológico, que es, en definitiva, una enfermedad mental. O también puede ser que conscientemente haya pretendido engañar a su pareja para que no la deje. Ya los médicos y la fiscalía lo determinarán, pero, sea como fuere, su mente no está bien.
El Perú solo cuenta con 30,000 psicólogos para una población de cerca de 33 millones de habitantes; es decir, uno para 1,100 personas. En cuanto a psiquiatras, no se necesitan tantos como psicólogos, pero solo hay 1,196 registrados en todo el país y eso es muy poco. Es decir, hay un evidente déficit de este tipo de profesionales, cuyo servicio es más necesario aún en esta etapa de salida de una pandemia.
En el Perú, las normas reconocen la importancia del trabajo de los psicólogos en los colegios. En el 2011, la Ley N° 29719, que promueve mejores espacios de convivencia, estableció que los centros educativos deben contar con al menos un psicólogo. Siete años después, la Ley N° 30797 incluyó a este profesional entre los miembros de la comunidad educativa, en su calidad de acompañante de profesores y alumnos.
Sin embargo, después de la primera ley y, al cierre del año pasado, solo el 3% de colegios en nuestro país contaba con al menos un psicólogo, de acuerdo con la base de datos del Censo Educativo 2021. Ello demuestra lo poco que se ha avanzado. Las autoridades deben entender que la salud mental es un problema de salud pública. El Estado tiene la palabra. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.
