Tal como lo señalé en mi anterior columna, la Resistencia Democrática, iniciada como consecuencia del procomunista fraude electoral que se viene perpetrando, debe continuar bajo cualquier circunstancia.
Si nuestro país ha llegado al extremo en el que, aun considerando las malas artes utilizadas por los marxistas-leninistas, su candidato ha logrado obtener una copiosa votación, especialmente en las provincias, ello se debe sustancialmente al caldo de cultivo antisistema alimentado por la disfuncionalidad social de nuestra democracia generada por una larga cadena de políticos, empresarios, periodistas y otros actores corruptos, incompetentes y absolutamente carentes de sensibilidad con una nación heterogénea y plagada de miseria y desigualdad.
Quienes creemos y practicamos la democracia, sin jamás habernos desviado de esa línea de conducta, sabemos bien que la forma de acabar con la violencia estructural, o sea, la sumatoria de pobreza, desigualdad y marginación no es la sustitución del sistema democrático por el comunismo sino todo lo contrario: la consolidación de la democracia mediante una Revolución Pacífica como la que plantea Perú Nación que discurre por la eliminación y drástica sanción de la corrupción, el pago de la Deuda Social en áreas fundamentales como la salud, educación, seguridad y justicia y la puesta en marcha de una efectiva economía social de mercado que corte de raíz el mercantilismo que hasta hoy nos ha gobernado.
El problema proviene no del sistema en sí sino de quienes, aprovechando las garantías y libertades públicas, han manipulado al propio sistema para servirse de él de manera inmoral y censurable tanto para llenarse los bolsillos con el dinero de todos los peruanos como para cuestionar su propia existencia y plantear como alternativa un Estado socialista totalitario como lo pone en evidencia el caso de corrupción de Vladimir Cerrón y el plan de gobierno comunista de Perú Libre.
Es también indispensable continuar librando una gran batalla ideológica para demostrar por qué, como lo afirma el gran Churchill, “la democracia es el peor sistema de gobierno diseñado por el hombre, con excepción de todos los demás”.
(*) Presidente de Perú Nación
Presidente del Consejo por la Paz
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