Opinión

La realidad ha superado la imaginación

Por: José María “Chema” Salcedo

En una actividad en Ayacucho el presidente Castillo ha dicho “saldrán audios, saldrán videos, pero no podrán callarnos”. Justamente su problema es que sí se calla, pues. No da declaraciones a la prensa, da mítines. Su léxico es más bien modesto. Su capacidad no es la de la comunicación. Que se calle no es algo que queramos los demás, quiera la prensa, quiera el público, no. Callarse es algo que él ha decidido porque no tiene qué decir.

Resulta increíble pensar que el presidente de la República salga de una camioneta subrepticiamente a altas horas de la noche en Breña, con una gorra, ocultándose de una cámara. Eso es algo increíble, no hemos medido bien lo que eso significa. El solo hecho de que el presidente haga eso, aunque no haya ido a hacer nada malo en la casa de Breña, ya de por sí es una cosa muy lamentable para un jefe de Estado, para un presidente de la República, eso no se puede hacer. Ahora, si eso viene antes de que vaya esta dama, esta visita de la mujer de tanto éxito que ha hecho lobby, por llamarlo de una manera decente, con diferentes presidentes, y si eso se relaciona, como es obvio, con el triunfo de la empresa o de las empresas patrocinadas por esta dama, esta señorita o señora, que gana una licitación por 27 centavos de diferencia, entonces es obvio completamente que esto es ilegal, que el presidente está envuelto en conductas absolutamente inadmisibles; sin contar, por supuesto, con el tema de los US$ 20,000, etc., en Palacio de Gobierno. Ya son cosas que, si uno las escribe como novela, resultan demasiado fantasiosas. La realidad ha superado largamente a la imaginación en el Perú hace años. O sea que, si usted se pone en el pellejo del presidente, estaba aterrado por lo que podía salir hoy día (ayer) en los programas periodísticos de la noche.

Se pensaba que tenía un proyecto político más o menos peligroso para el Perú, ojalá lo hubiese tenido; el proyecto era simplemente decir “yo también, pues, tengo que entrar a gozar de los beneficios de esta cuestión, yo, mis familiares, mis sobrinos, etc., etc.”. En todo eso se ha visto envuelto este hombre que no tiene la menor idea de lo que significa ser gobernante en el país, cuya idea del Perú es una vaguedad absoluta y cuya ignorancia es peligrosa. Porque la presidencia del Perú es la de un monarca; iba a decir sin corona, pero este tiene sombrero o gorra. Es un monarca absoluto que pone en peligro nuestras vidas. Un presidente decepcionante y un equipo de gobierno más decepcionante aún pone en peligro la viabilidad del Perú como Estado.

(*) Periodista

(*) La empresa no se responsabiliza por los artículos firmados.

Related Articles

Agregue un comentario

Su dirección de correo no se hará público. Los campos requeridos están marcados *

Back to top button