La problemática del acceso al agua potable y alcantarillado en asentamientos humanos de Lima y Callao
Por: Isaac Malpica Arizapana

En pleno 2021, la falta de agua en los hogares de Lima ha cobrado especial relevancia con la llegada del COVID-19, ya que muchas familias carecen de ella para cubrir sus necesidades básicas de higiene personal, limpieza y cocina; más de 10 millones de la población de Lima no tiene acceso al agua potable. Como es bien sabido, Lima se encuentra en un desierto, atravesada por sólo 3 ríos: Chillón, Rímac y Lurín, los cuales presentan caudales estacionales. El río Rímac es el principal proveedor de luz y agua para la población de Lima y Callao, (74.5% de agua) y, al mismo tiempo, es la cuenca más deteriorada en términos ambientales.
Sedapal, la empresa que da servicio de agua potable y alcantarillado en Lima, a través de las Plantas de La Atarjea (17.5 m3 x seg.), y Huachipa (5 m3 x seg.), convierte en agua potable las aguas del río Rímac y, con la Planta Chillón (2 m3 x seg.), realiza la potabilización de las aguas del río del mismo nombre; todo ello en las épocas de verano. Las aguas del río Lurín aún se usan sólo para regadío agrícola.
Dura realidad a la que nos enfrentamos la población de Lima, la disponibilidad de agua es de 125 m3 por habitante al año e importante desafío que debe ser resuelto por las instituciones del estado y el próximo gobierno, de ahí la importancia de trabajar, en conjunto, por una mayor seguridad hídrica para Lima. Esto significa ejecutar soluciones tácticas y realistas que garanticen el adecuado abastecimiento de agua a la población; implementar acciones de conservación, protección y rehabilitación de proyectos sostenibles, combinando el conocimiento ancestral con las nuevas tecnologías.
La falta de acceso al agua potable y servicios de saneamiento es uno de los principales factores que contribuyen al retraso del crecimiento de los niños. La desnutrición y la anemia tienen un impacto negativo en el desarrollo cerebral de los niños. Quienes no tienen acceso a agua por la red pública pagan hasta 10 veces más que quienes viven en una zona residencial. Una persona que vive en zonas exclusivas consume 24 veces más agua al día que un habitante de las zonas populares. Nuestros gobernantes prefirieron realizar inversiones plagadas de corrupción que benefician exclusivamente a las empresas ganadoras en desmedro del Estado y de los ciudadanos. La transparencia en la priorización, adjudicación y gestión de los proyectos es absolutamente necesaria.
ESPERAMOS QUE EL PRÓXIMO GOBIERNO, VENGA DEL PARTIDO QUE VENGA, TENGA UNA LÍNEA CLARA EN EL SECTOR SANEAMIENTO BÁSICO, Y QUE SEA COHERENTE CON LA REALIDAD DEL PAÍS Y SUS PRIORIDADES EN CADA UNO DE LOS SECTORES CLAVES PARA GENERAR BIENESTAR Y CALIDAD DE VIDA A LA POBLACIÓN.
(*) Presidente de la Coordinadora General de los Pueblos Unidos de Lima, Callao y Provincias – COGEPULCP
(*) La empresa no se responsabiliza por los artículos firmados.