
El expresidente Francisco Morales Bermúdez, quien gobernó entre 1975 y 1980, usaba como muletilla la frase “flujo y reflujo” para referirse a los cambios de extremo a extremo que daban ciertos asuntos concernientes a la economía y la política. Esa misma es la ley del péndulo, que también se da en las preferencias electorales y que hace el inquilino de la Casa de Pizarro a veces sea de derecha y otras de izquierda, no solo en Perú, sino en los demás países del continente, incluso en Estados Unidos.
Hay muchos otros casos de esta tendencia oscilante en la política. En Colombia salió el conservador Iván Duque y entró el progresista Gustavo Petro; mientras que en Ecuador se fue el izquierdista Rafael Correa y lo sucedió Lenín Moreno, quien era de su mismo partido, pero terminó virando hacia la derecha. Y en Argentina el peronismo ha intercalado gobiernos con liberales como Carlos Saul Menem, Mauricio Macri y Javier Milei.
En el Perú estamos ad-portas de un año preelectoral y ya están saliendo las encuestas, aunque aún no tenemos candidatos confirmados, sino solo sugeridos. Y como ocurre casi siempre, la derecha pugna por el primer lugar con la izquierda. Según la última encuesta de Ipsos Perú, a la cabeza va Keiko Fujimori, quien es seguida por Antauro Humala, siempre los dos extremos, los polos opuestos en disputa.
Luego aparecen el actor cómico Carlos Álvarez, Francisco Sagasti, Hernando de Soto, Rafael López Aliaga, Alfonso López Chau, Verónika Mendoza, Rafael Belaunde y Phillip Butters. Varios de ellos no llegarán a postular y ese no será necesariamente el orden cuando se realicen las encuestas cuando de los candidatos propiamente dichos, pero la pugna entre la derecha y la izquierda es evidente.
Tenemos como antecedentes más cercanos los gobiernos de Alejandro Toledo (centro), Ollanta Humala (izquierda), PPK (derecha) y Pedro Castillo (izquierda). Debido a su lamentable gestión y al triste final de su gobierno, Castillo no le está dejando ningún colchón electoral a los próximos candidatos de izquierda, pues, por el contrario, ha aumentado la animadversión y el temor por una corriente política que a nivel internacional ha ido de mal en peor. Ahí tenemos los casos de Venezuela, Argentina y ahora Bolivia, cuyos gobiernos izquierdistas se hundieron en la incapacidad y la corrupción.
Todo indica, por lo tanto, que el presidente que salga elegido en el Perú el domingo 12 de abril de 2026 será conservador o liberal. De esa manera se estaría cumpliendo, una vez más, la ley del péndulo en la política. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.