Desde marzo del 2000 a abril del presente año, nuestras autoridades gubernamentales, especialmente las sanitarias, han estado enfrentando la pandemia del “COVID 19”, como el cuento de “La gallinita ciega”, conocidísimo desde los antiguos jardines de la infancia, esto es la educación pre escolar o inicial.
Esto ha sucedido principalmente hasta mediados de noviembre del año 2020 en el gobierno “conducido” por Martin Vizcarra, que ante los hechos el adjetivo “conducido” suena francamente a broma.
Decimos como el cuento de “La gallinita ciega” pues para combatir la pandemia no han contado con datos ciertos de los fallecidos a consecuencia del “COVID 19”. Tanto el ex presidente Vizcarra como su ministro de salud Víctor Zamora, en sus repetitivas y somníferas conferencias de prensa, nos dieron información carente de verdad, para no usar el duro término de falsa, lo que no permitió enfrentar la epidemia global en el Perú en forma eficiente, lo que se agrava con decisiones irracionales sobre las pruebas que deberían emplearse para detectar a los infectados.
Las deficiencias fueron mayores pues al carecerse de datos veraces, no se pudo ampliar correctamente el número de camas UCI, como tampoco las plantas para producción de oxígeno medicinal ni el suministro de este último producto y menos la adquisición de vacunas efectivas. Peor aún, se cerraron establecimientos de salud del primer nivel y se abarrotaron hospitales y clínicas, lo que se agrega a la crisis económica y laboral que seguimos soportando.
Numerosos facultativos de gran prestigio, así como algunos medios de prensa, criticaron la información oficial sobre la cuantía de los fallecidos, bajo el argumento que el crecimiento significativo del número de fallecidos calculado por el Sistema Informativo Nacional de Defunciones (SINADEF), mes a mes, comparado con el mismo mes del año precedente, era muy superior al de los estándares conocidos, por lo cual, la diferencia del crecimiento histórico con el real, tenía que ser originado por la pandemia.
Felizmente la actual Presidenta del Consejo de Ministros, Violeta Bermúdez, con la cooperación del actual ministro de salud Oscar Ugarte, el 14 de abril último, tuvo el acierto de un Grupo de Trabajo Técnico, conformado por expertos de reconocida reputación, para proponer criterios y actualizar la cifra de fallecidos por el “COVID 19”. El Grupo de Trabajo que actuó ad honorem, presentó su informe dentro del término previsto, lo que fue reconocido y agradecido por Resolución Ministerial expedida el 31 de mayo del presente año.
La cifra de fallecidos por “COVID 19” entre el 01 de marzo de 2020 y el 22 de mayo de 2021, asciende a la elevadísima cifra de 180,764 personas, que pueden ser bastante más por el sub reporte de fallecidos, sin registro oficial de defunción, dada la informalidad existente en zonas alejadas de las grandes poblaciones urbanas. Tenemos el nefasto privilegio de ser el país con más defunciones por cada millón de habitantes, de lo que suponemos no estará orgulloso el (des)gobierno de Vizcarra. El pasado 31 de mayo, el ministro de salud ha tenido la correcta decisión de nombrar una Comisión para investigar los hechos relacionados con la falta de actualización del Registro de Defunciones, lo que será base para establecer responsabilidades.
(*) La empresa no se responsabiliza por los artículos firmados.
