En nuestro sufrido Perú de la pandemia se van acumulando las dictaduras. Hemos pasado la dictadura sanitaria a la dictadura judicial. La dictadura sanitaria la hemos venido percibiendo todos nosotros a través de cuarentenas, encierros y otras medidas que, para salvaguardar nuestra salud, han destruido nuestra economía. Es una forma de destruir nuestra salud al mediano plazo. Muchísimas medidas han sido absurdas durante la gestión de Martín Vizcarra en materia de salud.
Esta caricatura ha terminado con la tercera vacunación de Vizcarra. Él ha dicho que las dos primera no han sido vacunas sino “pruebas médicas”. Y la otra vacuna ha sido hace poco y además ha tenido la simpatía de tomarse una foto abrazado de todo el personal de salud que lo había atendido.
Bueno, pues, de la dictatura sanitaria implantada por el señor Vizcarra, que luego tendría un colofón en este VacunaGate, hemos pasado a la dictadura judicial. Un juez le ordena al Congreso de la República que no cumpla funciones propias de este poder del Estado, como elegir a los integrantes del Tribunal Constitucional (TC). Esta función le compete al Congreso de la República y a nadie más. Imagínense ustedes que prevalezca la tesis de que sea la Junta Nacional de Justicia la que sea la que rija a los integrantes del TC. ¡Un horror! Eso tiene que tiene que hacerlo el Congreso, que tiene que trabajar por cuotas políticas.
Y los integrantes del TC no son técnicos, esa es una falacia, son juristas con orientaciones políticas. Por eso el Congreso los tiene que elegir para que haya una proporción entre progresistas y conservadores, caviares y no caviares. Eso es lo democrático. No, la jueza dice que no, que el Congreso no puede elegir y que debe posponer la elección de los miembros del TC. En otras palabras, un juez le prohíbe actuar al Congreso. Y el Ministerio Público va a investigar al Congreso por desacatar la orden de esta jueza. ¿Se imaginan ustedes a un fiscal acusando a los congresistas penalmente por haber desacatado una orden judicial? Eso puede pasar perfectamente. Y puede pasar en estos días, después del 28 de julio, cuando asuma el mando el señor Pedro Castillo, que es lo que va a ocurrir, es evidente que esto es lo que va a ocurrir, salvo algo que no se me ocurre en estos momentos que pueda pasar.
De manera que vamos transcurriendo de una dictadura a otra y lo que va a ocurrir ya lo sabemos, lo estamos viendo, es una película que hemos visto antes. Se va a producir un cierre del Congreso. Así como el TC apoyó el golpe de Estado de Vizcarra, igualmente puede apoyar el golpe de Estado que venga después del 28 de julio porque los integrantes del TC no han cambiado. Y mejor seamos francos y digamos que el TC debe ser vitalicio. El presidente y sanseacabó, y tenemos una dictadura como Dios manda, sin ningún tipo de subterfugios. Esto es lo que nos espera. Preparémonos.
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