Opinión

La abstracción de la realidad

En “El discurso del método”, René Descartes planteaba cómo utilizar la razón para llegar a conclusiones correctas, pero parece que muchas de nuestras autoridades desconocen ese camino elemental del pensamiento lógico. Porque, así como a los estudiantes les resulta difícil lograr un nivel de comprensión lectora aceptable, en el Perú hay autoridades que tienen serias dificultades para pensar e interpretar correctamente una realidad.

Una de esas realidades es la que corresponde al crimen organizado y la delincuencia en general, tema sobre el cual hemos escuchado verdaderos disparates. Es increíble, por ejemplo, que un general PNP, abogado y con maestría en derecho penal, haya expresado que el Perú es el país más seguro de Latinoamérica después de El Salvador.

El mismo alto oficial dijo también, “categóricamente” —palabra textual—, que hay “un alto porcentaje de probabilidad” de que Vladimir Cerrón no estuvo en determinado lugar. Si un enunciado es “categórico”, entonces no admite objeción o discusión. Y si algo tiene un porcentaje de probabilidad, por más alto que este sea, de ninguna manera puede ser “categórico”. Es parcial, no absoluto. Ese es un raciocinio lógico elemental que no necesitaría mucho esfuerzo mental.

Otro general de la PNP, que también es una de las máximas autoridades en el ramo, sale con que el prófugo Vladimir Cerrón “cuenta con importantes habilidades para eludir los operativos policiales en su contra”. ¿Importantes habilidades? “Importante” significa “muy conveniente o interesante, o de mucha entidad o consecuencia” y “representación de alguien por su dignidad o cualidades”. ¿No era mejor decir que Cerrón es muy hábil, suspicaz o astuto?

“La razón es universal y objetiva”, decía Immanuel Kant en su “Crítica de la razón pura”, pero ¿cómo vamos a abstraer la realidad con raciocinios tan vagos e inconsistentes?

Y así por el estilo, también hay congresistas, ministros y políticos en general, que evidencian este tipo de deficiencia a la hora de interpretar y describir una realidad. Y ese defecto los lleva a cometer muchos errores en sus análisis, declaraciones y acciones.

En el caso de la inseguridad ciudadana, de las extorsiones y el sicariato, ¿cómo vamos a poder combatir a las bandas dedicadas a estas modalidades delictivas si tenemos autoridades con ese nivel de raciocinio e interpretación de la realidad? Con esas dificultades para concebir las ideas, es difícil que una persona tenga capacidad de análisis, algo que es elemental para el planteamiento de alternativas de solución y la toma de decisiones. Para hablar y actuar bien, antes hay que pensar, pero correctamente. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.

 

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