Opinión

Justicia a dos velocidades (I)

Por: Martín Valdivia Rodríguez

Todo delito, incluido el de corrupción, debe ser denunciado, investigado y sancionado cuanto antes. Sin embargo, la justicia se caracteriza por su lentitud, de tal modo que los procesos pueden durar años y años. Pareciera que avanzan o se estancan al ritmo del poder económico y el nivel social del denunciado o el denunciante, lo mediático que resulte el caso u otros factores.

Ayer, en las redes sociales se hizo notar con ironía esta característica de la justicia peruana. La excongresista Luciana León fue tendencia en Twitter, donde un usuario dio una opinión sarcástica sobre la coyuntura con un mensaje que se hizo viral: “Lo último: detienen a Luciana León con pruebas irrefutables de que pertenece a los ‘Intocables Ediles’ después de años de cometido el delito… Disculpas del caso: la detenida era Yenifer Paredes, sospechosa de delito y que fue denunciada hace un mes. ¡Que celeridad, Poder Judicial!”. El tuit, para atizar la chacota, incluye las imágenes de un caparazón y una palta.

Luciana León es investigada por el caso de “Los Intocables Ediles”, organización criminal cuyo presunto cabecilla era Elías Cuba, exalcalde de La Victoria, quien fue detenido en agosto del 2018 junto a otros 21 implicados. En septiembre del 2014, un fiscal le abrió una indagación a la excongresista para esclarecer la compra de dos departamentos en Barranco y un vehículo, así como cerca de 50 viajes al exterior entre 2006 y 2014. En enero del 2016, el entonces fiscal Pablo Sánchez archivó el caso. Dos años más tarde, Luciana León fue sindicada como “brazo legal y político” de “Los Intocables Ediles” y nuevamente se le abrió investigación. Han pasado cuatro largos años y nada.

Otro caso emblemático de esta parsimonia judicial es el de Melisa González Gagliuffi, quien en octubre del 2019 manejaba su auto a excesiva velocidad, atropelló y mató a dos jóvenes universitarios en la Javier Prado. Recién hace unas semanas, cuando tal vez la mujer esté fuera del país, con una cara diferente por la cirugía plástica y nueva identidad, fue condenada a seis años de cárcel. Muy tarde.

No es por defender a nadie, pero qué lenta es la justicia para unos casos y para otros, agilita. Ojalá que la rapidez con la que procede en el caso de Yenifer Paredes sea el inicio del cambio y, ahora sí, actuará con la celeridad que corresponde sin distinción alguna. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.

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