
Es triste comprobar que, por más que se anuncie y se tenga toda la intención de cambiar las cosas, para que haya justicia, igualdad de oportunidades, reivindicación de los históricamente menos favorecidos, marginados, discriminados y hasta excluidos, las cosas sigan iguales. El hecho de que la prueba que se tomó a los maestros el último fin de semana haya circulado antes del examen, de tal manera que muchos ya sabían las respuestas y, lógicamente, aprobaron sin merecerlo, demuestra que así es. “Pepe, el vivo”, los corruptos y los avivatos de toda laya que solo entran al Estado para sacar provecho personal o de grupo, siguen vigentes, vivitos y coleando.
Fueron 300 mil docentes los que, con la ilusión de ganar una plaza de trabajo, participaron en la Prueba Única Nacional para el Concurso de Nombramiento 2021, que se tomó el sábado y domingo últimos. Incluso, se solicitó la intervención de la Fiscalía, pero resulta que empleados inmorales copiaron las preguntas y se las habrían pasado a familiares, amigos y otros, a cambio de una suma de dinero. Es decir, los facinerosos habrían vendido la prueba.
La gran mayoría de profesores se preparó a conciencia para el examen, se quemó las pestañas y sacrificó muchas cosas con tal de ganarse un puesto de trabajo por sus propios méritos. Sin embargo, otros solo esperaron tener las preguntas para buscar las respuestas en el libro y tener esa gran ventaja en la prueba.
Como siempre, las autoridades responsables empezaron a “tirarse la pelota”. El Ministerio de Educación (Minedu) anunció que se investigará las filtraciones del examen en las redes sociales, pero se limpió de toda culpa y precisó que el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) es el único responsable logístico de la prueba. Sean quienes fueran los culpables directos e indirectos, pues la situación ameritaba estrictas medidas y rigurosos protocolos, merecen una drástica sanción.
¿Dónde queda la meritocracia? ¿Dónde la igualdad de oportunidades? ¿Dónde el fin del “tarjetazo”, la “vara”, el “amiguismo”, el “compadrazgo”? ¿Qué va a pasar ahora con esos miles de maestros que se prepararon para el examen y merecieron ganar una plaza, pero fueron desplazados por quienes tenían la ventaja de conocer de antemano las respuestas? Hay que detener la injusticia, pero detenerla de verdad. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.