Opinión

IPD con nuevos aires: La consigna, alejarse de la cofradía

Por: Tito Ponte Silvera

En los últimos cuatro años los presidentes del Instituto Peruano del Deporte han salido por la puerta falsa, tras verse envueltos en una serie de denuncias y desaciertos que únicamente perjudicaron a los atletas y el curso del Sistema Deportivo Nacional.

Desde Óscar Fernández, quien presentó su carta de renuncia debido a ser señalado por un caso de nepotismo. Seguidamente, Sebastian Suito; tuvo que dejar el cargo después de su polémica decisión de retirar del Programa Apoyo al Deportista (PAD) a 147 atletas. Gustavo San Martín; prácticamente obligado a salir del puesto: se fueron presidentes, ministros, y él se mantuvo en su oficina sin cargos de conciencia. Dejó pendiente la rendición de los recursos del Fondo Pro Deporte Escolar. Su lugar fue ocupado por Julio “Coyote” Rivera, que duró poco o nada en el asiento del Estadio Nacional, luego de que la Contraloría de la Nación indicara irregularidades en su experiencia para ocupar el cargo. Tras la salida repentina del exfutbolista, ingresó como interino Rubén Darío Mejía Trujillo, en su calidad de representante del ministerio de educación ante el consejo directivo del IPD. Lo que parecía una pasantía momentánea, sin muchas complicaciones, y con el objetivo de mantener el orden hasta la designación del nuevo jefe, nuevamente el escándalo y la mala praxis envolvieron a la entidad deportiva, después de que se revelará que Mejía Trujillo regaló entradas de manera exagerada a diversos políticos para el encuentro que enfrentó a Perú con Paraguay.

Hace unas semanas, el ministerio de educación, con el aval del presidente de la República Pedro Castillo, decidió nombrar a Máximo Enrique Pérez Zevallos como el nuevo presidente del Instituto Peruano del deporte (IPD). Fue catedrático y exdirector de la Escuela Profesional de Educación Física en la Universidad Mayor de San Marcos (UNMSM). Además, es licenciado en educación física y magister en educación con mención en actividad física para la salud. Pérez Zevallos es muy respetado y querido como profesional y ser humano entre sus alumnos y colegas de la decana de América. Su hoja de vida y trayectoria lo colocan en la entidad del deporte peruano con un una expectativa auspiciosa, sobre todo por su transparencia como catedrático sanmarquino. Es por esta razón, que sugerimos al nuevo jefe del IPD a que se rodee de las personas dóneas, con experiencia en la dirigencia a nivel nacional, con conocimientos en las bases y en la gerencia deportiva, elementos que serán importantes para poder rescatar el SISDEN. Pero, por sobre todo, recomendamos al señor Máximo Pérez a que se asesore debidamente, respecto a los actores que circundan a su alrededor. En términos más claros, le recomendamos que se aleje de la ‘cofradía’ que intenta seducirlo para conseguir sus beneficios personales.

Asesórese, llame a las personas adecuadas e infórmese, para que así no enturbien su proyecto, y de esa manera consiga el éxito en su gestión. En sus manos está no ser parte de ese grupo de presidentes que salió con más penas que con gloria. El deporte peruano está en terapia intensiva y necesita acción y no palabras. Necesita de personajes que trabajen con seriedad y voluntad.

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