
Hace pocos días la mayoría de nuestras autoridades políticas volvieron a dar pena y un triste espectáculo que terminó con la NO VACANCIA del controvertido presidente Pedro Castillo Terrones. Recordemos que dos semanas antes, la admisión para su proceso de vacancia en el legislativo mereció 76 votos congresales. Solo faltaban 11 votos en el Parlamento para poner fin a los tormentos que sufre la patria con tan paupérrimo personaje que sigue llevando al abismo a la nación.
El día lunes pasado se presentó Pedro Castillo al Hemiciclo haciendo una autodefensa muy general, que lejos de esclarecer y diluir las dudas acerca de sus actuaciones en materia criminal, las fue agudizando, echándole la culpa a terceras personas, dentro de las que se cuentan, sus sobrinos, su ex secretario personal de Palacio de Gobierno, Bruno Pacheco y otros de dudosa reputación que hicieron negociados ilegales en la propia cara del jefe de Estado.
El mismo día que Castillo acudió al Congreso a defenderse la crisis política se agudizó para el presidente cuando por la mañana las noticias sorprendían a la opinión pública, con el allanamiento y órdenes de detención judicial contra todos estos personajes, quienes salvo uno que fue capturado por la policía, el resto fugaron extrañamente, encontrándose en este minuto como no habidos, como requisitoriados por la justicia.
Muchos periodistas especulaban que con tanta carga procesal y con la orden judicial de detención al entorno personal y familiar del presidente, el Congreso no dudaría en vacarlo y seguir la sucesión constitucional en la presidencia de la República. Sin embargo, esto no solo no sucedió, sino que luego de la formalidad de los debates parlamentarios que duraron más de 7 horas, los votos a favor de la vacancia cayeron en 21 votos menos con relación a su admisión.
La pregunta que nos hacemos todos los peruanos es: ¿Qué sucedió en el Hemiciclo para no vacar a tan pernicioso presidente? ¿o es que sus siempre explicaciones falsas y confusas convencieron a los parlamentarios para votar en contra de la vacancia del jefe de estado? ¿o de un momento a otro nuestros representantes pensaron en la gobernabilidad del país? Amigo lector, no nos engañemos, este Congreso ya no solo es débil e inexperto, sino también mañoso y subalterno en su gran mayoría. Sabemos que muchos de los parlamentarios que incluso dicen ser de “oposición” al régimen, están alineados al gobierno con prebendas, con puestos públicos a familiares o al entorno de ellos mismos, en otros casos han entrado en colusión con el gobierno en una serie de negociados a través de obras para sus regiones previas “comisiones” y en algunos otros casos existen parlamentarios extorsionados por el régimen con ser apretados en el poder judicial o en la fiscalía, por diversas denuncias o procesos judiciales que tienen.
Una pena todo esto, porque sí creemos que existen buenos congresistas que hacen una labor decente y dedicada por la patria, pero lástima que estos sean la minoría, que ha sido devorada por una mayoría legislativa que cada día acaba con las ilusiones de millones de peruanos. Hay que reformular todo.
(*) Ex vicepresidente del Perú y ex Congresista de la República
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