Opinión

Inseguridad ciudadana

Por: Martín Valdivia Rodríguez

Los delincuentes ya no respetan a nadie. A Lourdes Flores le robaron su celular en un mitin contra los resultados de las elecciones. A Efraín “Betito” Aguilar también, en un descuido, zas, le birlaron el móvil cuando participaba en la marcha por la vacancia del presidente Pedro Castillo. Estos recurrentes latrocinios son pasto de la ironía mordaz en las redes sociales, donde están los especialistas del sarcasmo.

Pero fuera de bromas, esta es una muestra del incremento general de la delincuencia en el país. Antes, los rateros tenían ciertos códigos. No se metían con el barrio, por ejemplo. Y hasta se enfrentaban a otras bandas si osaban robarles a sus vecinos. Ahora los ladrones son cada vez más avezados y les roban hasta a los políticos y artistas.

La inseguridad pública no solo afecta los bienes y patrimonios, sino también la integridad física y la vida de los peruanos. Los delincuentes son capaces de matar hasta por un celular o un reloj, aunque no sea marca Rolex.

Van cuatro meses de gobierno. Como ministro del Interior tenemos a un especialista en el cumplimiento de la ley, apropiado quizá para la cartera de Justicia, pero no en estrategias de seguridad ciudadana. En 120 días hemos tenido tres ministros del Interior. Los dos anteriores se fueron en medio del escándalo y el tercero tiene, al menos, una foja de servicios limpia, pero eso no es suficiente.

Las improvisaciones están a la orden del día. La primera fue intentar dar protagonismo a las rondas campesinas en el ámbito urbano, luego se pretendió inmiscuir a personal de las Fuerzas Armadas en la seguridad ciudadana.

Esta sería la razón por la que no existe planificación ni la ejecución de un trabajo integral y articulado a nivel estratégico, táctico y operativo. Quienes están contentos con esta situación son los delincuentes, pues les conviene que en seguridad ciudadana no se encuentre el rumbo.

Es verdad, cuando asumió el cargo, hace unos días, el actual ministro del Interior anunció una serie de interesantes acciones. Sin embargo, hasta ahora no se nota su mano. Tal vez aún esté en el periodo de apronte, para usar la terminología hípica. Pero la seguridad ciudadana no puede esperar. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.

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